Pregunta
¿Es compatible el concepto budista del Zen con la fe cristiana?
Respuesta
El concepto budista de Zen se refiere a un estado meditativo buscado como medio de despertar espiritual y autodescubrimiento. Aunque algunos practicantes de Zen afirman que el zazen ("meditación sentada") es compatible con la fe cristiana, existen diferencias fundamentales que hacen que esta práctica no sea compatible con las creencias cristianas.
Primero, el Zen busca la iluminación personal. En contraste, la oración o meditación cristiana busca la iluminación de Dios en el creyente. El budismo Zen enseña a vaciar la mente de todos los pensamientos, mientras que la meditación cristiana está llena de pensamientos sobre la grandeza de Dios y la adoración hacia Él. El Salmo 63:6 ejemplifica la meditación piadosa, con Dios como punto central: "Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti, en Ti medito durante las vigilias de la noche" (NBLA).
En segundo lugar, el enfoque meditativo del Zen consiste en mirar hacia el interior en busca de inspiración y dirección. En cambio, la Biblia enseña que nuestra búsqueda de dirección se debe basar en la Palabra de Dios. Dios instruyó a Josué: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" (Josué 1:8). El Salmo 1:2 dice que el "hombre bienaventurado" es aquel "que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche" (NBLA).
En tercer lugar, el Zen enfatiza vivir el momento presente y ser plenamente consciente de todo lo que ocurre en la vida cotidiana. Aunque no hay nada de malo en estar consciente del entorno, esto es insuficiente como medio de plenitud. El Salmo 77:12 señala la importancia de recordar la obra de Dios en el pasado: "Meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos". Muchos pasajes también nos enseñan a vivir con una perspectiva eterna, mirando hacia nuestro futuro hogar con Cristo. Pablo escribió: "Teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor" (Filipenses 1:23, NBLA).
En cuarto lugar, la práctica del Zen implica la aceptación de otras creencias budistas incompatibles con la doctrina cristiana. Esto incluye la creencia en la reencarnación, que contradice Hebreos 9:27. Además, el budismo tiene una visión de Dios muy diferente a la del cristianismo. El budismo enseña la unidad de todas las cosas, mientras que el cristianismo enseña que Dios es trascendente y existe como Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu. Asimismo, el pecado humano y la necesidad de salvación se perciben de manera muy distinta en el budismo, que no ve la necesidad de ser salvado del pecado ni cree en un cielo o un infierno futuros.
Se podrían mencionar muchas más diferencias, pero estos contrastes clave demuestran la incompatibilidad esencial entre el Zen y la meditación cristiana. La práctica del zazen es muy diferente del modelo de meditación expresado en las Escrituras. Estamos llamados a decir: "En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos" (Salmo 119:15) y "en Tus obras maravillosas meditaré" (Salmo 145:5, NBLA).
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