Pregunta
¿Qué es la alienación? ¿Qué significa que estemos alienados de Dios?
Respuesta
La alienación es la condición de estar retirado o separado de un grupo, persona o situación a la que uno estaba unido anteriormente. Alienación significa también alejamiento. Efesios 4:18 describe a los incrédulos así: "teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón". Estar alejados de Dios significa que somos extraños a Él a causa de nuestro pecado.
Dios creó a los seres humanos para que vivieran en estrecha comunión con Él (Génesis 1:27). Fuimos diseñados para ser más parecidos a Dios que cualquier otro ser creado, aunque tenemos libre albedrío para elegir si queremos tener al Señor como nuestro Dios o si seremos nuestros propios dioses. Esa elección determina nuestra posición con Él, si vivimos como extranjeros o como Sus hijos amados (Juan 1:12). Nacemos con una naturaleza pecaminosa, y esa naturaleza nos hace enemigos de la santidad de Dios (Romanos 5:12). Nuestra naturaleza pecaminosa hace imposible tener comunión con Dios o complacerlo de alguna manera (Romanos 8:8). Vivimos en un estado de alejamiento de Él, independientemente de lo buenos que tratemos de ser, ya que Su norma es la perfección, y ninguno de nosotros puede cumplirla (Romanos 3:10, 23; 6:23).
Jesucristo vino al mundo para revertir ese alejamiento de Dios. Vino para ser nuestra paz (Efesios 2:14), para reconciliarnos con Dios (Romanos 5:10; 2 Corintios 5:18). Nuestro alejamiento de Dios implicaba una deuda que no podíamos pagar. El único pago justo por la alta traición a nuestro Creador es una eternidad en el lago de fuego (Juan 3:16-18, 36; Romanos 6:23; Mateo 25:46). El infierno es el lugar de la alienación final sin esperanza de reconciliarse con Dios o con los que amamos. En el juicio final, el veredicto de Jesús contra los que están alejados de Él consolidará ese distanciamiento para toda la eternidad: "Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad". (Mateo 7:23).
Para salvarnos de la alienación perpetua de Dios, el Padre envió a Su Hijo para que pagara la deuda que no podíamos pagar y asumiera el castigo que merecíamos (2 Corintios 5:21). Debido al sacrificio de Jesús, Dios puede declarar que nuestra deuda de pecado está "Cancelada por completo" cuando venimos a Cristo en arrepentimiento y fe (Colosenses 2:14). "Dios...nos reconcilió consigo mismo por Cristo" (2 Corintios 5:18).
Efesios 2:18-19 dice: "porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios". Los padres por lo general no compran zapatos ni útiles escolares a todos los niños del barrio. Puede que lo hagan, simplemente porque son amables y tienen recursos, pero no tienen ninguna obligación con los niños que no les pertenecen. Lo mismo ocurre con Dios. Cuando vivimos en un estado de alejamiento de Él, Dios no tiene ninguna obligación de escuchar nuestras oraciones, consolarnos o protegernos del mal (Proverbios 10:3; 28:9; Salmo 66:18). Ahora bien, cuando nos adopta por medio de la fe en la muerte y resurrección de Jesús, pasamos a ser Sus hijos e hijas amados (Juan 1:12; Romanos 8:15). Jesús hizo posible que todos los que una vez estuvimos alejados de Dios, ahora podamos estar reconciliados como Sus hijos.
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¿Qué es la alienación? ¿Qué significa que estemos alienados de Dios?