Pregunta
¿Cuándo es necesario reprender a otro creyente?
Respuesta
Reprender a alguien es criticarlo severamente. La palabra griega que normalmente se traduce como "reprender" en el Nuevo Testamento es elegchó. En su sentido más amplio, elegchó significa "reprochar y condenar exponiendo (a veces públicamente) un error". Hay momentos en los que todos necesitamos ser reprendidos, y hay momentos en los que un creyente necesita reprender a otro creyente.
Generalmente, pensamos en una reprensión en un sentido negativo, pero Proverbios 27:5-6 (NBLA)dice: "Mejor es la reprensión franca que el amor encubierto. Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo". Pablo instruye a Tito, como supervisor de la iglesia, diciendo: "habla, exhorta y reprende con toda autoridad" (Tito 2:15, NBLA), lo que implica que las tres actividades tienen la misma importancia. Sabemos que siempre debemos animarnos unos a otros y decir la verdad (1 Tesalonicenses 5:11; Efesios 4:25), pero ¿cómo sabemos cuándo reprender a otro creyente?
La reprensión bíblica comienza en el corazón. Antes de confrontar a alguien por cualquier motivo, primero debemos examinar nuestros propios motivos. 1 Corintios 16:14 (NBLA) dice: "Todas sus cosas sean hechas con amor". Eso incluye la reprensión. Hay una forma correcta y una forma incorrecta de reprender a alguien. Las reprimendas incorrectas provienen del orgullo, la ira, la malicia, los celos u otra actitud egoísta. El objetivo de una reprimenda no bíblica es herir, avergonzar o dañar de alguna otra manera a un hermano o hermana cristianos. Muchas veces, hay hipocresía de por medio. La mayoría de las advertencias bíblicas contra juzgar a los demás se refieren a aquellos que condenan a otros por las mismas cosas que ellos mismos hacen (Mateo 7:3-5). Pablo escribió: "sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado" (1 Corintios 9:27, NBLA).
Jesús dio instrucciones claras para manejar situaciones en las que un hermano o hermana se ve envuelto en un pecado: "Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano" (Mateo 18:15, NBLA). Hay un discernimiento implícito en este versículo. No debemos vigilarnos unos a otros, porque todos pecamos de muchas maneras todos los días (1 Juan 1:8; Santiago 3:2). Todos pecamos en pensamiento, palabra, actitud o motivación. Sin embargo, cuando otro creyente elige el pecado que le hace daño a sí mismo, a otra persona o al cuerpo de Cristo, debemos intervenir. A veces es necesario reprender, ya que debemos cuidarnos unos a otros. Santiago 5:20 (NBLA) dice: "sepa que el que hace volver a un pecador del error de su camino salvará su alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados". La confrontación puede ser difícil, pero no es amoroso permitir que un cristiano profeso continúe en un pecado que traerá consecuencias de Dios sobre él, su familia o su iglesia.
Mateo 18 continúa aclarando lo que se debe hacer en la disciplina de la iglesia si un creyente confrontado se niega a escuchar una reprimenda amorosa. Jesús dice: "Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos" (versículos 16-17, NBLA). Esto puede sonar duro para nuestras mentes saturadas de tolerancia, pero es Jesús quien habla. La pureza de Su iglesia es de suma importancia para él. Las personas que quieren usar Su nombre mientras profanan Su reputación deben ser reprendidas, no pasadas por alto o excusadas.
Si la iglesia en su conjunto se tomara más en serio las palabras de Jesús, nuestra voz sería más respetada en el mundo. Cuando descuidamos abordar los pecados graves en la iglesia, parece que nos tomamos el pecado a la ligera. Los escépticos no pueden respetar nuestra afirmación de honrar la Biblia como la Palabra de Dios mientras ignoramos a aquellos de entre nosotros que la desobedecen abiertamente.
A veces, los creyentes dudan en reprender a quienes lo necesitan debido a abusos en el pasado. Algunas iglesias o pastores se han mostrado demasiado ansiosos por reprender a otros o han utilizado las Escrituras para humillar y marginar a quienes no estaban de acuerdo con ellos. Este comportamiento crítico ha llevado a algunos líderes eclesiásticos a renunciar por completo a la aplicación de las normas de Mateo 18.
Una simple lista de verificación puede ayudar a las personas a saber cuándo puede ser necesario reprender a un cristiano que está pecando. Nunca debemos ser apresurados o precipitados en una reprimenda. Debemos evaluar cada situación cuidadosamente y en oración y hacernos estas preguntas:
1. ¿Está mi vida libre de pecados similares? (Romanos 2:1)
2. ¿Tengo una relación con esta persona que me permite darle un consejo de vida? (Gálatas 6:2)
3. ¿Mi motivo es la restauración en lugar de la condena? (Gálatas 6:1)
4. ¿Estaría dispuesto a que alguien me reprendiera de la misma manera? (Mateo 7:12)
5. ¿Entiendo las Escrituras lo suficientemente bien como para saber cómo y por qué esta persona las está violando? (2 Timoteo 2:15)
6. ¿Estoy preparado para acudir a mi pastor o a los ancianos en nombre de esta persona si se niega a escucharme?
7. ¿Estoy dispuesto a comprometerme a orar por la sanidad y la restauración de esta persona antes y después de enfrentarme a ella? (Mateo 26:41)
8. ¿Es esta ofensa realmente un pecado o simplemente un acto de inmadurez o preferencia? (Efesios 4:2)
9. ¿Estoy actuando con amor? (1 Corintios 13:1)
Gálatas 6:1 (NBLA) nos dice: "Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado". Cuando se nos llama a confrontar o reprender a un hermano en la fe, debemos hacerlo siempre con una actitud de humildad, sabiendo que nosotros también somos propensos al pecado. Podemos seguir las palabras de oro de Jesús en esta y en cualquier otra situación: "Por eso, todo cuanto quieran que los hombres les hagan, así también hagan ustedes con ellos" (Mateo 7:12, NBLA).
English
¿Cuándo es necesario reprender a otro creyente?