Pregunta
¿Qué es un avance espiritual?
Respuesta
La idea de un "avance espiritual" es subjetiva, y el término en sí no se encuentra en la Biblia. En términos generales, un avance espiritual es una experiencia de haber alcanzado un nuevo nivel de espiritualidad, sea lo que sea que eso signifique para la persona que está experimentando el "avance". La experiencia será diferente dependiendo de la persona (y la religión) en cuestión.
En los círculos cristianos, un avance espiritual puede definirse como un momento en el que una persona se salva, adquiere una comprensión más profunda de la verdad bíblica, recibe una respuesta a una oración o vence un pecado que la atormenta. La experiencia de Pablo en el camino de Damasco podría considerarse un avance espiritual, ya que vio por primera vez quién es realmente Jesús (Hechos 9). La experiencia de Pedro en la azotea de Jope podría considerarse un avance espiritual, ya que aprendió que el Evangelio era para todas las personas, incluidos los gentiles (Hechos 10). La conversión de Lidia en las afueras de Filipos podría verse como un avance espiritual, ya que fue la primera persona salva en suelo europeo (Hechos 16). La idea de un "avance" sugiere una lucha previa que finalmente alcanza su punto máximo y encuentra una resolución.
Los creyentes pueden buscar un avance espiritual cuando se sienten lejos de Dios. Muchos creyentes sienten que necesitan una experiencia emocional regular durante la adoración o la oración y que, si no sienten esa emoción, algo anda mal en ellos o Dios se ha alejado por alguna razón. Sin embargo, este es un pensamiento erróneo. La Biblia dice que Dios siempre está con aquellos que confían en Él, guiándolos (Proverbios 3:5-6), que nunca estamos separados de Su amor (Romanos 8:37-39), y que podemos descansar tranquilos en Su promesa: "Nunca te dejaré ni te desampararé" (Hebreos 13:5, NBLA).
¿Debemos buscar un avance espiritual? Podemos y debemos orar por sabiduría (Santiago 1:5), victoria sobre el pecado (Efesios 6:18) y la llenura del Espíritu (Efesios 5:18). Pero la intimidad con Dios no requiere una serie de "avances espirituales". Partiendo de la base de que ya existe una conexión con Dios (es decir, que una persona tiene fe en Jesucristo para la salvación), el crecimiento espiritual se produce en esa persona con la misma naturalidad con la que un árbol crece en la tierra y al sol. El árbol crece gracias a su ubicación, a su cercanía a Dios (Salmo 1). ¿Cómo logramos la cercanía a Dios? Ocurre exactamente como en una relación entre humanos: pasando tiempo juntos, conociendo los pensamientos del otro, tomando decisiones que complacen a la otra persona. Leemos la Biblia (que es la suma de Sus pensamientos revelados al hombre); le oramos, confiando en que Él es fiel para hacer lo que promete (2 Corintios 1:19-20; Deuteronomio 7:9; Hebreos 11:6); y elegimos pensar y actuar de acuerdo con lo que es bueno (Filipenses 4:8; Gálatas 5:16-24).
Las relaciones humanas más sanas no se basan en avances o subidas emocionales, sino en un crecimiento constante y paciente a través de la fidelidad y el amor. No es diferente en nuestra relación con Dios. Las subidas emocionales y espirituales ocurren: a veces recibimos respuestas asombrosas a la oración o momentos de revelación extraordinaria o períodos de intenso gozo. Sin embargo, estos son el glaseado: deliciosos, pero no deben buscarse como la esencia de nuestra relación. Si nos centramos solo en los momentos de euforia, podríamos perdernos los hermosos y tranquilos momentos en el valle cuando Dios trabaja de forma invisible y no experimentamos ninguna revelación emocionante. En lugar de centrarnos en nuestra propia experiencia, debemos orar con paciencia y perseverancia para que Dios complete la buena obra que comenzó en nosotros, como Él considere oportuno (Filipenses 1:6).
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