Pregunta
¿Por qué permitió Dios que mi casa se quemara en un incendio?
Respuesta
Todos los años se producen incendios forestales en todo el mundo. En 2012, y de nuevo en 2013, varios incendios devastaron zonas comerciales y residenciales en el estado de Colorado. Miles de personas se vieron obligadas a evacuar sus hogares y cientos se enteraron después de que sus casas se habían quemado. En tiempos como estos, puede ser emocionalmente apabullante y difícil de entender. Sin embargo, la Biblia nos dice que nuestro Dios es poderoso; Su amor y fidelidad nunca cambian, ni siquiera cuando sobreviene la tragedia. Proverbios 3:5-6 (NBLA) es un gran consuelo: "Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas".
Como seres humanos, nuestra comprensión de Dios es limitada. Él siempre ha existido y existirá, es omnisciente, está en todas partes a la vez y es todopoderoso. Como no compartimos esas cualidades con Dios, nunca podremos entender todo lo que Él hace. Pero Romanos 8:28 dice: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". No podemos ver el panorama general de cómo Dios está haciendo eso; por ejemplo, es difícil para nosotros ver algo bueno en un incendio forestal. A veces Dios revela claramente cómo ha usado una tragedia para bendecir a Su pueblo o glorificar Su nombre, pero otras veces parece que nunca veremos cómo está obrando para nuestro bien. Al igual que Job respondió con fe en el Señor, nosotros también podemos decir: "aunque él me matare, en él esperaré" (Job 13:15), y "El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor" (Job 1:21, NBLA). Puesto que reconocemos que Dios es bueno, sabemos que es digno de confianza, incluso cuando llega la devastación. Dios da sentido a cada momento, incluso cuando no somos conscientes de lo que significa.
Algunas personas se preguntan por qué Dios permite que le sucedan cosas malas a personas buenas. Seguramente nadie merece perder su casa en un incendio, decimos. Aunque Dios nos ama y es misericordioso, debemos recordar que ninguno de nosotros es realmente "bueno", comparado con la perfección de Dios. Según Romanos 3:23, todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. El castigo por el pecado es la muerte, que es la separación eterna de Dios en el infierno. El remedio para esta separación de Dios es la muerte sustitutiva de Jesús en la cruz. Jesús cargó con la pena de nuestros pecados y nos reconcilió con Dios (Efesios 2:16). La fe en Jesús nos libera del castigo por nuestros pecados. Romanos 3:24 dice que "siendo justificados gratuitamente por su gracia [de Dios], mediante la redención que es en Cristo Jesús". Si argumentamos que somos "buenos" y no merecemos la tragedia, entonces estamos olvidando que somos pecadores viviendo en un mundo afectado por el pecado de todos los demás. Podemos recibir el perdón personal y la salvación, pero permanecemos en un mundo imperfecto, lleno de dolor y tristeza hasta que Jesús regrese (Juan 16:33; Romanos 8:18-25; Tito 2:13).
Dios puede actuar de muchas maneras en una tragedia como un incendio. Dios puede estar probando nuestra confianza en Él, trayendo a alguien a la fe salvadora en Jesús, haciendo crecer nuestra relación con Él, aumentando nuestra capacidad de reflejar Su amor, o preparándonos para el servicio futuro. Puede que Dios tenga más trabajo que hacer en nosotros antes de estar listo para obrar a través de nosotros. Lee estos versículos para más consideraciones sobre el sufrimiento y la tragedia: Hebreos 12:4-13; Santiago 1:2-3; 1 Pedro 1:7; Génesis 50:19-21; y 1 Tesalonicenses 4:3-7.
Dios se preocupa de verdad cuando nos enfrentamos a una tragedia. Mateo 10:29-31 nos dice que Él sabe cuándo cae un pajarillo; si Él se preocupa por los pájaros, ¡entonces podemos estar seguros de que se preocupa por nosotros! Jesús, el Hijo de Dios, experimentó la humanidad (Hebreos 2:14) y comprende nuestras debilidades y tentaciones (Hebreos 4:15), así que podemos estar seguros de que Dios siente el dolor de nuestras tragedias y quiere sostenernos en medio de ellas. Segunda Corintios 1:4-5 dice del Señor: "el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación". Podemos encontrar consuelo en el Señor y compartir ese consuelo con otros que también afrontan tragedias, en la medida de nuestras posibilidades.
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¿Por qué permitió Dios que mi casa se quemara en un incendio?