Pregunta
¿Acaso en la Biblia aparece la frase "cenizas a las cenizas, polvo al polvo"?
Respuesta
El oficiante de un funeral diciendo: "cenizas a las cenizas, polvo al polvo" es una práctica común en muchas ramas del cristianismo. En la mayoría de los casos se dice después de bajar el ataúd a la tumba, al mismo tiempo que se arroja simbólicamente tierra sobre el mismo. No obstante, es interesante observar que la frase cenizas a las cenizas, polvo al polvo no aparece en la Biblia. Más bien, proviene de la sección de funerales del Libro de Oración Común.
La versión más conocida de este rito funerario proviene del Libro Anglicano de Oración Común y dice lo siguiente:
"En esperanza segura y cierta de la resurrección a la vida
eterna por nuestro Señor Jesucristo, encomendamos al
Dios todopoderoso a nuestro hermano N., y entregamos
su cuerpo a la tierra; * tierra a tierra, ceniza a ceniza,
polvo a polvo. El Señor le bendiga y le guarde, el Señor
haga resplandecer su faz sobre él y le sea propicio; el
Señor dirija su rostro hacia él y le conceda la paz. Amén".
Aunque la frase cenizas a las cenizas, polvo al polvo no aparece explícitamente en la Biblia, tiene una base bíblica sólida. Génesis 3:19 dice: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás". Génesis 18:27 registra esta declaración de Abraham: "He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza" De manera parecida, Job lamentó: "Él me derribó en el lodo, y soy semejante al polvo y a la ceniza" (Job 30:19). En Eclesiastés 3:20, Salomón declaró: "Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo".
La frase cenizas a las cenizas, polvo al polvo es un poderoso recordatorio de que Dios nos creó del polvo (ver Génesis 2:7), y que por causa del pecado, nuestros cuerpos físicos acabaran volviendo al polvo. Necesitamos desviar nuestros ojos de las cosas de este mundo y en lugar de eso enfocarnos en la eternidad (Mateo 6:19-21). Nuestros cuerpos físicos volverán a ser polvo, pero nuestro ser espiritual volverá a Dios, para presentarse ante Él en juicio (Hebreos 9:27). Por medio de la fe en Jesucristo, ese día puede ser glorioso en lugar de algo que temer.
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¿Acaso en la Biblia aparece la frase "cenizas a las cenizas, polvo al polvo"?