Pregunta
¿Qué significa "que os comportéis como es digno del evangelio" (Filipenses 1:27)?
Respuesta
Si el apóstol Pablo hubiera utilizado eslóganes, uno podría haberse parecido al eslogan contemporáneo: "¿Qué haría Jesús?". Más probablemente, habría dicho: "Haz lo que hizo Jesús". Como ciudadanos del cielo y seguidores de Cristo, pase lo que pase, debemos considerar cómo se comportó Jesús y luego hacer lo que Pablo nos instruyó: "Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio" (Filipenses 1:27).
El contexto de la exhortación de Pablo a comportarse "como es digno del evangelio" es la unidad cristiana (ver Filipenses 1:27-2:18). En este segmento de la Escritura, Pablo les dice a los filipenses que dejen su orgullo y se sirvan humildemente unos a otros, como lo hizo Jesucristo cuando anduvo por la tierra. Nuestro Señor estableció la norma para nosotros en nuestras relaciones con los demás: "se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Filipenses 2:7); "se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:8). Todo lo que no sea comportarnos de una manera digna del Evangelio no está a la altura de lo que hizo Jesús.
Solo como cuerpo unificado de Cristo podemos defender eficazmente la fe y proclamar el Evangelio al mundo. Si queremos que el amor y la verdad del mensaje de salvación de Cristo lleguen a los corazones de las personas perdidas, necesitamos que nos vean trabajando unidos unos con otros (Juan 13:34-35; 17:21-23). Por esta razón, Pablo oró para que los romanos compartieran "un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Romanos 15:5-6). Cuando los creyentes se enfrentan al mundo como una sola unidad, glorifican a Dios y atraen a otros hacia Cristo (Juan 12:32).
"El arma más importante contra el enemigo no es un sermón conmovedor ni un libro poderoso; es la vida coherente de los creyentes", escribe Warren Wiersbe en su comentario sobre Filipenses 1:27 (The Bible Exposition Commentary, Vol. 2, Victor Books, 1996, p. 71). Toda la motivación de Pablo en la vida era comportarse de una manera digna del evangelio: "Tengo la plena seguridad y la esperanza de que jamás seré avergonzado, sino que seguiré actuando con valor por Cristo, como lo he hecho en el pasado. Y confío en que mi vida dará honor a Cristo, sea que yo viva o muera. Pues, para mí, vivir significa vivir para Cristo" (Filipenses 1:20-21, NTV).
En una enseñanza similar sobre la unidad de los cristianos, Pablo exhorta a los efesios: "les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Efesios 4:1-3, NBLA). Pablo "rogó", "alentó" e "insistió" a los tesalonicenses a que vivieran "una vida que Dios considere digna" (1 Tesalonicenses 2:12, NTV). Este latido del corazón del apóstol continúa en su oración por los colosenses "para que anden como es digno del Señor, haciendo en todo, lo que le agrada, dando fruto en toda buena obra" (Colosenses 1:10, NBLA).
En estos pasajes, Pablo sugiere cómo debe ser un comportamiento digno del Evangelio. Nuestras acciones deben concordar con nuestro mensaje, y nuestra presentación externa debe alinearse con nuestras convicciones internas, basadas en el Evangelio. Algunos comportamientos dignos del Evangelio son la humildad, la mansedumbre, la paciencia, la tolerancia, la unidad y el amor. Todo lo que debemos hacer es mirar la vida de Cristo. En cada circunstancia y situación, solo tenemos que preguntarnos: "¿Estamos dando fruto en toda buena obra? ¿Es nuestra conducta agradable a Dios? ¿Qué hizo Jesús?".
Mientras procuramos comportarnos de una manera digna del Evangelio, es importante recordar que la vida cristiana -desde el principio hasta el fin- depende totalmente de la gracia de Dios: "Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús" (2 Timoteo 1:9, NTV). Dios nos llama y nos salva por gracia (Efesios 2:4-5; Gálatas 1:15). Jesús no solo es el modelo de nuestra conducta, sino que también es quien nos da la gracia que necesitamos para vivir una vida nueva, digna de Su evangelio (Efesios 2:10; 1 Corintios 15:10; Filipenses 1:7; Colosenses 1:3-6).
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¿Qué significa "que os comportéis como es digno del evangelio" (Filipenses 1:27)?
