Pregunta
¿Qué es la comunión con Dios?
Respuesta
La palabra griega que se traduce como "comunión" en el Nuevo Testamento es koinonía, que significa "asociación, compartir en común o comulgar", y la esencia de la asociación es el acuerdo o la unidad de propósito. La comunión con Dios es, en su forma más básica, estar de acuerdo con Él en todas las cosas. El Nuevo Testamento asegura a los creyentes esta relación. No solo tenemos comunión con Dios Padre, sino que también tenemos comunión con Su Hijo y el Espíritu Santo (1 Corintios 1:9; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 1:3).
Para tener comunión con otros, debe haber unidad de corazón, algo que una a dos personas: "¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?" (Amós 3:3, NBLA). En el corazón mismo de la comunión debe haber una mentalidad similar. Dos en comunión deben tener deseos y anhelos similares, por lo que Pablo exhorta a los creyentes a no estar "unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?" (2 Corintios 6:14, NBLA). Los creyentes tienen verdadera comunión entre sí gracias al Espíritu Santo que habita en todos ellos (Juan 14:17). A través del Espíritu tenemos verdadera comunión, a diferencia de cualquier relación que podamos tener con aquellos que no conocen a Cristo.
La comunión con Dios solo es posible a través de la sangre de Cristo. Antes de ser salvos, estamos en enemistad con Dios (Colosenses 1:21). Sin embargo, Jesús nos reconcilió con Dios a través de Su muerte en la cruz (Romanos 5:10). Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y confiamos en Cristo, el resultado es que "nosotros estamos en Aquel que es verdadero, en Su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna" (1 Juan 5:20, NBLA).
Es importante saber que la comunión con Dios se logra exclusivamente a través de Jesucristo. Jesús es el único camino hacia el Padre (Juan 14:6), pero a lo largo de los siglos el hombre ha intentado idear otros caminos hacia Dios a través de religiones falsas o vivir de tal manera que merezca Su aprobación. No podemos tener comunión con Dios si rechazamos a Su Hijo (1 Juan 5:10-11), discutimos Su plan de salvación predestinado o intentamos encontrar otro camino hacia Su presencia.
Las Escrituras identifican algunas cosas que no concuerdan con la verdadera comunión con Dios: la "mente puesta en la carne" que "no se sujeta a la ley de Dios" (Romanos 8:7, NBLA) y la "amistad del mundo" (Santiago 4:4, NBLA). Dios es luz, y la luz no puede tener comunión con las tinieblas: "Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos en la Luz, como Él está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado" (1 Juan 1:6-7, NBLA).
Los que están en comunión con Dios confían en Cristo. Sus pecados son perdonados. Están llenos del Espíritu. Creen que en todas las cosas Dios merece ser glorificado. Dedican tiempo a la lectura de la Biblia y a la oración en busca de «sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios» (Efesios 1:17, NTV).
La Palabra de Dios, la Biblia, es todo lo que necesitamos para tener comunión con Él. Lo glorificamos sometiéndonos a Su voluntad y obedeciendo los mandamientos incluidos en Su Palabra. "Pero la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen" (Salmo 103:17, NBLA). Que disfrutemos de la armonía, la satisfacción y el gozo de la comunión que Dios nos ha proporcionado. Que sigamos el ejemplo de Enoc, un hombre que, a lo largo de su larga vida, fue conocido por andar "en íntima comunión con Dios" (Génesis 5:24, NTV).
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¿Qué es la comunión con Dios?