Pregunta
¿Cuál es el corazón de la tierra (Mateo 12:40)?
Respuesta
En Mateo 12:40, Jesús dice: "Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches". La palabra griega traducida como "corazón" se refiere al "núcleo" de algo, incluidos los objetos inanimados. Después de Su crucifixión, Jesús, el Hijo del Hombre, pasará tres días y tres noches en el corazón, o núcleo, de la tierra. Para apreciar el significado de esta singular expresión, debemos revisar el contexto de Mateo 12:33-40.
En Mateo 12:33-37, Jesús se dirige a los fariseos y los desafía a considerar la condición de sus corazones. Para ello, utiliza una metáfora sobre los árboles y los frutos que producen. Un árbol bueno produce frutos buenos, pero un árbol corrupto produce frutos malos. Jesús sabía que los fariseos eran malos y corruptos porque habían hablado mal de Él (ver Mateo 12:22-31). En el día del juicio, los fariseos responderán por "toda palabra ociosa que hablen" (versículo 36).
A continuación, los escribas y fariseos piden una señal: "Maestro, deseamos ver de ti señal" (Mateo 12:38). Jesús ya había realizado muchas señales y milagros ante sus ojos, pero ellos se negaban a creer en Él como el Mesías prometido. Por eso Jesús dice: "La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (versículo 39). Aquí, la palabra adúltera se refiere a la infidelidad a Dios. Los escribas y fariseos eran infieles porque honraban a Dios con sus labios, pero sus corazones estaban lejos de Él (Mateo 15:8). Esto quedó muy claro en su petición de una señal.
Cuando Jesús dice: "señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (Mateo 12:39), no está negando otras señales y milagros que había realizado. Está diciendo, más bien, que la señal más importante es la que todavía tiene que realizar; es decir, Su muerte, sepultura y resurrección. Jesús señala entonces a Jonás, que "estuvo...en el vientre del gran pez tres días y tres noches" (Mateo 12:40; ver Jonás 2:1-10). A Jonás se lo tragó el gran pez por desobedecer a Dios (Jonás 1:1-3), pero Jesús fue perfectamente "obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:5). Después de Su crucifixión, Jesús estuvo en "el corazón de la tierra", es decir, en la tumba o el "corazón de la tierra" (Mateo 12:40).
Al igual que Dios liberó a Jonás del "vientre del gran pez" (Mateo 12:40), también liberó a Su Hijo de la tumba: "Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción" (Salmo 16:10). En ambos casos, retumban con fuerza las palabras de Jonás: "La salvación es del Señor" (Jonás 2:9, NBLA).
Jonás en el vientre del gran pez y Jesús en el corazón de la tierra: ambos parecían muertos. Nadie se recupera de semejante trauma; no cabe esperar la supervivencia. Pero Dios tenía un plan diferente. Tres días después de que Jonás fuera tragado y dado por muerto, aparece de nuevo, en tierra firme y declarando la buena nueva de la salvación a la ciudad asiria de Nínive. Tres días después de que Jesús fuera enterrado en "el corazón de la tierra", verdaderamente muerto, aquí viene de nuevo, vivo y sano y declarando la buena nueva de la salvación al mundo entero. No podemos ignorar la señal de Jonás.
El corazón de los fariseos estaba puesto en una señal de Jesús, pero el corazón de Jesús estaba puesto en Su muerte, sepultura y resurrección. En efecto, Jesús estaba diciendo: "Ustedes están preocupados por las cosas equivocadas. En vez de buscar una señal de mí, deberían examinarse a sí mismos para ver la impureza de su corazón. Y la única manera de recibir un corazón nuevo, un corazón que sea aceptable a Dios, es creer en Mi muerte, sepultura y resurrección". De hecho, este es el mensaje central del Evangelio.
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¿Cuál es el corazón de la tierra (Mateo 12:40)?