Pregunta
¿Qué significa "corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1)?
Respuesta
"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1). ¿Qué tipo de carrera corren los creyentes? ¿Quién establece los parámetros de la carrera? ¿Es una carrera que definimos y nos proponemos nosotros mismos? El pasaje mencionado se inspira en unas magníficas imágenes de las carreras de a pie del antiguo Israel, de Grecia y de los anfiteatros de Roma. Se escribió para animar y desafiar a los creyentes a perseverar en su fe, especialmente en medio de pruebas y persecuciones (2 Timoteo 2:15; Hebreos 10:36; 12:7).
Los atletas que participaban en una carrera estaban rodeados de filas y filas de espectadores, representados para nosotros como "una gran nube de testigos". Los "testigos" de la carrera de los creyentes se enumeran en el capítulo anterior de Hebreos: los hombres y mujeres de Dios cuyas vidas fieles quedaron registradas en el Antiguo Testamento. Estos santos perseveraron a pesar de opresiones y crueldades inimaginables (Hebreos 11:33-38) y fueron elogiados por su fidelidad. Es dudoso que los santos de Hebreos 11 nos estén viendo hoy correr nuestra «carrera»; el propósito del pasaje es que su testimonio perdure. Su fe inquebrantable da testimonio de las promesas de Jesucristo, instándonos a seguir su ejemplo y a correr "con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1).
La "carrera", pues, es la vida cristiana. Es un maratón, no un sprint, y estamos llamados a mantener el rumbo y la fidelidad hasta el final. Pablo utilizó esta misma imagen cerca del final de su vida: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Timoteo 4:7).
La constancia de los "testigos" del Antiguo Testamento habla a los creyentes de hoy de las recompensas de permanecer en la carrera, de no rendirse nunca (1 Corintios 9:24; Filipenses 3:14). Un maratón es una prueba agotadora de condición física y resistencia. La carrera que tenemos ante nosotros requiere fe, resistencia, compromiso y disciplina para vivir fielmente (1 Corintios 9:25-26; Filipenses 3:12-14; 1 Timoteo 6:12).
La carrera la "tenemos por delante"; nosotros no elegimos el recorrido, pues es Dios quien lo estableció. Esta carrera la corremos por Cristo. Mantenemos el rumbo a pesar de las pruebas y las persecuciones (Hebreos 12:4-11). Mientras corremos, debemos poner "los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" (Hebreos 12:2). Puesto que Él terminó perfectamente Su carrera, Él es el centro de nuestras vidas. Apartamos la mirada de todas las distracciones, porque Él ya está en la meta (Lamentaciones 3:25; Mateo 6:33; Romanos 2:7).
La carrera exige que nos despojemos de "todo lo que estorba": el pecado y cualquier otra cosa que amenace nuestra relación con Dios (Hebreos 12:1). Hay que desechar todo lo que nos frene o nos haga tropezar. El apóstol Pablo dice: "despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efesios 4:22-24). Con el ánimo de quienes nos han precedido, nos libramos de pensamientos, actitudes y hábitos que impiden nuestro progreso (Romanos 12:2; Tito 3:3; 1 Pedro 1:14).
Al ver que la carrera que Dios nos propuso es un maratón que dura toda la vida, debemos comprometernos a correr hasta el final. Un régimen diario de oración, adoración, lectura de la Palabra de Dios y examen de nuestras vidas en busca de impedimentos nos ayudará. Perseveraremos manteniendo una actitud semejante a la de Cristo incluso en medio de las pruebas (1 Pedro 2:21; 4:1; 1 Juan 2:6).
No importa lo larga que sea la carrera, mantenemos la mirada en Jesús, "el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe" (Hebreos 12:2, NTV). Nos espera el gozo. En palabras de las cantautoras Twila y Starla Paris: "Corredor, cuando la carrera esté ganada, correrás a Sus brazos".
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¿Qué significa "corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1)?