Pregunta
¿Debería un cristiano trabajar donde se vende alcohol y cigarrillos?
Respuesta
Esta es una pregunta con la que muchos cristianos luchan porque se sienten convencidos de que al trabajar en una tienda que vende alcohol y cigarrillos, de alguna manera están estimulando o permitiendo a otros pecar bebiendo y fumando. Aunque la Biblia no dice nada sobre el tema de la venta de alcohol y cigarrillos, hay principios bíblicos que se pueden aplicar en este caso.
Mucha gente cree que fumar cigarrillos es pecaminoso por cuanto es un daño intencionado al propio cuerpo. Sin embargo, comer en exceso, que es mucho más frecuente que fumar, al menos en los Estados Unidos, es igual de pecaminoso, si no más, teniendo en cuenta los mandatos bíblicos de evitar la gula (Proverbios 23:2, 20). ¿Acaso esto significa que los camareros de los restaurantes y los empleados de la comida rápida están haciendo pecar a los demás al venderles alimentos que engordan?
El asunto del alcohol es un poco diferente. Beber vino y/o alcohol no está identificado en la Biblia como pecado. El pecado es emborracharse "con vino, porque eso les arruinará la vida" (Efesios 5:18). Considera que Jesús mismo bebió del fruto de la vid, y Pablo recomendó beber vino a su alumno, Timoteo (1 Timoteo 5:23). Es responsabilidad de los consumidores determinar por sí mismos cuándo deben dejar de beber, y por tanto la responsabilidad de la bebida recae en el que bebe, no en el proveedor.
Sin duda, en algunas situaciones, en las que una persona está obviamente ya intoxicada, o en situaciones que infringen la ley, sería incorrecto vender alcohol a una persona ebria, o vender alcohol o cigarrillos a menores. Sin embargo, en el entorno laboral cotidiano, vender alcohol no es más pecaminoso que trabajar en una tienda de comestibles. Pero aparte de estas circunstancias, la responsabilidad de regular el consumo es del bebedor, no del vendedor. También es responsabilidad del individuo decidir si fumar o comer en exceso es perjudicial para su salud y actuar según corresponda.
En pocas palabras, si bien no hay un mandato bíblico contra la venta de alcohol o cigarrillos, definitivamente hay cosas que hay que considerar que pueden hacer que sea una elección equivocada para un cristiano trabajar en estos ambientes. Si uno se siente convencido por el Espíritu Santo sobre la venta de alcohol o cigarrillos, tal vez el Señor está hablando y es el momento de cambiar de trabajo. Los cristianos deben actuar de acuerdo a su fe cuando se trata de asuntos como estos, confiando en nuestras conciencias para aprobar o no nuestras acciones. Pablo trata este mismo principio con respecto a si era apropiado que los creyentes comieran alimentos sacrificados a los ídolos: "Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado" (Romanos 14:22-23). En última instancia, la decisión hay que tomarla en oración pidiendo sabiduría, la cual Dios promete conceder a todos y sin reproche (Santiago 1:5).
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