Pregunta
¿Qué es la crítica narrativa?
Respuesta
La crítica narrativa es un intento de comprender un texto bíblico como parte de una historia conectada con un propósito coherente. Intenta comprender cómo organizó el escritor la "historia" para provocar una determinada respuesta de la audiencia original. Este método explica por qué determinadas ideas, palabras o acontecimientos se presentan como se presentan y cuál es su significado deseado. El término crítica, en este caso, implica "revisión" o "examen", no "condena" o "desaprobación". La crítica narrativa supone que el escritor del texto tenía en mente un significado específico. Por tanto, para comprender con precisión cualquier parte o porción de ese texto, hay que tener presente la "gran idea": la narración.
La crítica narrativa se comprende más fácilmente a través de las parábolas de Jesús. Naturalmente, leemos las parábolas de Jesús sabiendo que el relato tiene un "sentido". Jesús cuenta la historia para enseñar una lección o explicar una idea. Al considerar el significado de las palabras de Jesús, es importante recordar que forman parte de esa historia concreta. El significado intencionado de la historia más amplia debería ser crucial para la forma en que interpretamos el significado de palabras específicas. En términos sencillos, la crítica narrativa aplica la misma mentalidad al estudio de las Escrituras en general.
La crítica narrativa comparte puntos en común con técnicas como el estructuralismo. También acepta el hecho de que las Escrituras demuestran el uso de técnicas literarias como el quiasmo, la poesía y el paralelismo, entre otras. La crítica narrativa se considera una aplicación al texto escrito del criticismo retórico, que es más adecuado para el discurso, y asume que la intención del orador es importante a la hora de interpretar sus palabras.
La crítica narrativa no se debe aplicar al azar. Algunas partes de la Biblia son claramente narrativas: describen acciones y conversaciones en un formato de "historia". Otras partes de la Escritura no son narrativas, como el libro de los Proverbios, muchos de los salmos y muchos escritos de los profetas. Cuando la Biblia no está estructurada en un formato narrativo, la crítica narrativa no es tan útil a efectos de estudio. Un contexto más amplio del mensaje cohesionado de las Escrituras sigue siendo útil, pero no tan evidente en tales casos.
Asimismo, la crítica narrativa también reconoce la existencia de "narraciones anidadas", como los sueños, las visiones o las parábolas. Estas forman su propia estructura narrativa individual, y por tanto, hay que interpretarlas adecuadamente.
La crítica narrativa puede ser útil para interpretar con precisión la Biblia. Por ejemplo, proporciona una explicación de las diferencias entre los cuatro evangelios. Cada escritor de los evangelios tenía un público diferente y una intención sutilmente distinta, por lo que eligieron su propio vocabulario, estilo y detalles (Juan 20:30-31). La crítica narrativa elude los debates sobre las revisiones o las fuentes: se ocupa del texto tal como es, en lugar de especular sobre lo que el texto "podría haber sido" o lo que "debería ser". Comprender el contexto es vital; muchos conceptos erróneos sobre las Escrituras se deben a que se disecciona una afirmación del «cuadro general» y se pierde el significado que el escritor pretendía darle.
Como ocurre con cualquier técnica interpretativa, la crítica narrativa no está exenta de inconvenientes. Una tentación común en la crítica narrativa es suponer que el texto es "sólo" una historia, lo que implica que los elementos narrativos individuales son inventados y no reales. Si se aplica correctamente, la crítica narrativa no presupone que ninguna parte de un texto haya sido inventada en beneficio de la historia. Sin embargo, algunos intérpretes intentan descartar partes de la Biblia afirmando que la narración -y no los hechos- es lo que le importaba al escritor. Aunque algunas partes de la Biblia son indudablemente símbolos o parábolas, las Escrituras también contienen historia objetiva y registros de acontecimientos del mundo real (Lucas 1:1-4).
Otro peligro es seleccionar una narrativa preferida, en lugar de la intención del escritor, como la lente a través de la cual ver la Biblia. No se puede simplemente declarar que se cree en alguna postura y luego utilizarla como marco narrativo para interpretar las Escrituras. Ese error es una forma de eiségesis, en la que se impone un significado al texto en lugar de leer el significado del texto. La crítica narrativa legítima se centra en las intenciones del escritor, no en las preferencias del lector.
Por estas razones, la crítica narrativa también debe mantenerse en un contexto adecuado. Las palabras originales de la Biblia fueron "narradas" a una cultura concreta, que no es idéntica a todas las culturas existentes en la tierra. Parte de la interpretación adecuada del contexto narrativo de las Escrituras consiste en comprender cómo encajan esas palabras y acontecimientos en la cultura de los lectores originales.
Afortunadamente, el cristianismo nunca se ha concebido como una fe de "hágalo usted mismo", en la que la verdad no requiere más que una Biblia impresa y tiempo. La Gran Comisión se centra en el discipulado: una relación entre creyentes maduros y quienes necesitan orientación (Mateo 28:19-20). El estudio y el discipulado adecuados permiten que el Espíritu Santo inspirara a los escritores bíblicos, que hablaron a un público real e histórico, y tratan conceptos que las culturas posteriores necesitan explicar a lectores menos maduros (Hechos 8:27-31; 2 Pedro 3:15-16).
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¿Qué es la crítica narrativa?