Pregunta
¿Qué es la lujuria de la carne?
Respuesta
La lujuria pecaminosa es un deseo excesivo por lo que Dios ha prohibido. 1 Juan 2:15-16 menciona tres tipos de lujuria que nos lleva a un mayor pecado: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo". La lujuria de los ojos ocurre cuando vemos algo que nos incita a la codicia, los celos o la lujuria sexual. La vanagloria de la vida es el deseo de cada ser humano de ser su propio dios. La arrogancia, la prepotencia y la codicia provienen de la vanagloria de la vida. La lujuria de la carne es también uno de los enemigos a los que nos enfrentamos.
Cuando la Biblia se refiere a "la carne", puede significar una de dos cosas. El primer significado de la palabra carne se refiere a los seres vivos en la tierra, como los animales, las aves y las personas (1 Corintios 15:39). Pero la mayoría de las veces, la Biblia usa la palabra carne para referirse a la tendencia al pecado que tenemos en nuestra vida terrenal. Nuestra naturaleza pecaminosa, dominada por el pecado y la rebelión, está tan estrechamente ligada al aspecto físico de la humanidad que se llama "la carne". Todo ser humano nace de la carne, la unión entre un hombre y una mujer que engendró a otro ser humano vinculado a la carne. Los deseos que surgen de ser criaturas carnales en un mundo caído pueden convertirse rápidamente en lujurias pecaminosas.
Los deseos que surgen del hecho de que somos criaturas terrenales y carnales no son pecados en sí mismos. Deseamos comida, agua, refugio, sexo y comodidad. Dios nos creó con esos deseos. Sin embargo, nacemos pecadores, deseando complacernos a nosotros mismos, sin tener en cuenta la ley moral de Dios (Romanos 3:10, 12). Cuando los deseos de la carne nos dominan, tomando prioridad sobre la voluntad de Dios, nos llevan a violar la justicia de Dios. Se convierten en lujurias. Por ejemplo, el hambre nos impulsa a buscar comida. Comer es bueno. No es un pecado. Jesús comió y bebió cuando estaba en la tierra (Lucas 24:42-43). Pero cuando el hambre se convierte en una lujuria por la comida, se convierte en gula, que es un pecado (Proverbios 23:20-21). Cuando los deseos sexuales naturales se pervierten, conducen a la homosexualidad, el adulteriocastigo-por-el-adulterio.html">adulterio, la fornicaciónxo-antes-matrimonio.html">fornicación y otros pecados sexuales. Son lujurias de la carne.
1 Juan 2:17 contrasta la lujuria de la carne con su contraparte más deseable, agradar a Dios: "Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". En otras palabras, si seguimos la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y la vanagloria de la vida, no podemos hacer la voluntad de Dios, y, por lo tanto, no heredaremos la vida eterna (Mateo 7:21; 1 Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-20). Los que han nacido de nuevo por la fe en el sacrificio de Jesús harán morir continuamente las obras de la carne (Romanos 8:12-14). No permitiremos que la lujuria de nuestra carne controle nuestras vidas; más bien, elegiremos considerarnos crucificados con Cristo (Gálatas 2:20), para que podamos vivir para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31).
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¿Qué es la lujuria de la carne?