Pregunta
¿Cómo puedo dejar de dudar de Jesús?
Respuesta
Cuando dudamos de algo, tenemos una sensación de incertidumbre, de no saber si es verdad o mentira. La Biblia compara esta actitud con el "doble ánimo" (Santiago 1:6-8). El pensamiento de doble ánimo hace que las creencias de una persona siempre cambien, sin que nunca llegue a una convicción determinada. Una mente que duda constantemente de Jesús y de lo que Él enseña nunca estará en paz porque, como un barco en medio de una tormenta, es zarandeada de un lado a otro sin esperanza de descanso.
Dudar de Jesús y la fe están en oposición directa. Hebreos 11:1 dice: "Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (NBLA). Cuando los cristianos tienen una fe sana, tienen "seguridad" y "convicción". Están seguros del objeto de la fe, aunque no hayan visto la evidencia con sus ojos.
Jesús dijo que todos los creyentes deben ser "como niños" para heredar el reino de los cielos (Mateo 18:3). La fe infantil se diferencia de la fe dudosa en que los niños son confiados y están dispuestos a recibir cualquier cosa que pidan sin preguntas ni miedo. Cuando un padre hace una promesa, un niño cree naturalmente. No se preocupa de si el padre cumplirá o no (a menos que el padre haya hecho un hábito del engaño o la falta de fiabilidad). Incluso cuando los padres cuentan cosas absurdas, como el Ratoncito Pérez o el Conejo de Pascua, ¡el niño cree con facilidad! Quizá la fe del niño se deba en parte a que quiere creer cosas tan maravillosas, pero sobre todo a que confía fácilmente en sus padres. Cuando un niño se acuesta a dormir, no se preocupa ni se inquieta por lo que le traerá el mañana; su sueño es tranquilo y profundo. Jesús quiere que confiemos en Él con el corazón de un niño y sin el escepticismo de un adulto.
Entonces, ¿cómo puede un cristiano llegar a tener una fe como la de un niño y dejar de dudar de Jesús? En primer lugar, recordando que Dios es nuestro Padre Celestial (Juan 1:12; Romanos 8:15). Dios quiere que Sus hijos lo conozcan como un padre amoroso, compasivo, siempre presente e inquebrantable (1 Juan 3:1). La Biblia llama a los creyentes "hijos" de Dios en numerosas ocasiones (por ejemplo, Efesios 1:5; Romanos 8:14; Gálatas 4:7). Si los cristianos saben que son hijos de Dios, que han sido adoptados en Su familia, esto debería ayudarles a tener la fe infantil de la que habló Jesús. Nuestro Padre celestial desea "[dar] buenas cosas a los que le pidan" (Mateo 7:11). Lo mejor que podemos saber de Dios como Padre es que es perfecto, sin ninguno de los defectos pecaminosos que acompañan a la paternidad humana. Todos los atributos de Dios son perfectos e, incluso cuando disciplina a Sus hijos, es porque los ama (Hebreos 12:6-8).
En segundo lugar, consideremos quién es Jesús: la revelación exacta de Dios mismo (Hebreos 1:3; Juan 14:9-11). "No se turbe su corazón; crean en Dios, crean también en Mí" (NBLA), dijo Jesús (Juan 14:1). La confiabilidad de Jesús fue validada por el testimonio del Padre (Juan 8:18) y confirmada por los milagros que hizo (Juan 14:11).
En tercer lugar, para dejar de dudar de Jesús, el cristiano debe recordar constantemente la cruz (Hebreos 12:2). Cuando un creyente medita en lo que Cristo hizo como nuestro Redentor, verá cuán profundo y fuerte es el amor de Jesús por Sus ovejas (Juan 10:11; Efesios 3:17-19). Si Jesús estuvo dispuesto a ir a la cruz y morir de una muerte horrible por nosotros, ¿nos negaría cualquier otra cosa que fuera buena para nosotros (ver Salmo 84:11)?
La mente natural tiende a dudar, temer y a cuestionar lo que dice la Biblia en lugar de simplemente creer. Para superar la duda, un cristiano debe buscar continuamente a Dios a través del estudio de la Biblia y la oración. Debe comprometerse con un cuerpo local de creyentes para ser alimentado por la predicación bíblica y tener comunión con creyentes de ideas afines. De esta manera, la mente dudosa puede y llegará a ser cada vez más estable, centrada en Jesús, y capaz de encontrar la paz (Isaías 26:3).
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¿Cómo puedo dejar de dudar de Jesús?