Pregunta
Dudar de Dios: ¿cómo puedo superar la duda en mi relación con Dios?
Respuesta
Hay dos formas principales para que los cristianos dejen de dudar de Dios. La primera es leer la Biblia. Para dejar de dudar, hay que generar confianza. Pero es difícil confiar en un extraño, o incluso en un conocido ocasional. Cuando se produce la salvación y el Espíritu Santo se instala en nuestro corazón, es solo el comienzo de un viaje de por vida (y más allá) para conocer a Dios. La forma principal de conocer a Dios es leyendo la Biblia. Una cosa que la Biblia deja muy clara es que Dios es fiel, digno de confianza y bueno. A medida que llenamos nuestras mentes con las pruebas del poder y el amor de Dios a través de la historia, somos más capaces de superar la duda. "Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo" (Romanos 10:17, NBLA).
La Biblia es única porque está inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16), lo que significa que las palabras de sus páginas pueden parecer comunes, pero están inspiradas por el Espíritu Santo. La Palabra de Dios incluso "discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12). La lectura de la Biblia nos anima (Romanos 15:4), nos satisface y nos sostiene (Mateo 4:4), y nos guía por la vida mejor que cualquier GPS (Salmo 119:105). La Biblia nos revela simultáneamente a Dios: cómo es, qué ama y qué odia. Y cuanto más aprenda un creyente sobre la persona de Dios, más aumentará su fe y menos dudará.
La segunda forma en que los cristianos pueden dejar de dudar de Dios es la oración. La oración puede ser la disciplina más difícil de desarrollar en la vida del creyente, pero también es la más gratificante. Nuestra lectura de las Escrituras debe impulsarnos a orar. En Daniel 9:2-3, leemos: "En el año primero de su reinado, yo, Daniel, pude entender en los libros el número de los años en que, por palabra del Señor que fue revelada al profeta Jeremías, debían cumplirse las desolaciones de Jerusalén: setenta años. Volví mi rostro a Dios el Señor para buscarlo en oración y súplicas, en ayuno, cilicio y ceniza" (NBLA). En otras palabras, Daniel sabía por las Escrituras que Dios iba a poner fin al cautiverio de Israel, y ese conocimiento lo impulsó a orar. ¿Por qué oró Daniel por lo que ya sabía que sucedería? Porque Daniel sabía que Dios utiliza las oraciones de Su pueblo en la realización de Sus propósitos eternos. Si Dios es tan benevolente que nos permite ocupar un lugar tan importante en Su plan para este mundo, seguramente podemos confiar en que escuchará nuestras oraciones y las responderá.
Dios no solo escucha nuestras oraciones, sino que todo lo que pidamos de acuerdo con Su voluntad se cumplirá (Lucas 11:9-13). En palabras de Andrew Murray, "Que ningún retraso haga tambalear nuestra fe. De la fe vale: primero la hoja, luego la espiga, luego el grano lleno en la espiga. Cada oración con fe acerca un paso más a la victoria final. Cada oración con fe ayuda a madurar el fruto y nos acerca a él; llena la medida de la oración y de la fe que solo Dios conoce; vence los obstáculos en el mundo invisible; apresura el fin".
Nuestras oraciones se deben hacer diariamente, en un lugar tranquilo y sin distracciones. Es bueno llevar un diario de oración. No es necesario que escribas todos los detalles de tus oraciones, pero escribe algunas de tus peticiones y, cuando Dios responda, escríbelo también. No pasará mucho tiempo antes de que tengas un registro fidedigno de cómo Dios habla sobrenaturalmente en las vidas de Sus hijos a través de la oración contestada. Esto puede ser de gran ayuda para superar la duda.
Dios no quiere que Su pueblo dude de Él; Él quiere que confíen en Su amor, vigilancia y protección. No dudes en llamarlo; Él ha prometido responder (Jeremías 33:3).
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