Pregunta
¿Por qué debemos pedirle a Dios que nos enseñe a contar nuestros días (Salmo 90:12)?
Respuesta
El Salmo 90:12 dice: "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría". La petición "enséñanos de tal modo a contar nuestros días" significa que necesitamos que Dios nos dé a conocer la corta duración de la vida. Ese conocimiento nos ayudará a ser sabios, y la sabiduría es importante porque lo que decidimos hacer en nuestro corto tiempo en la tierra tiene consecuencias eternas. El resto del Salmo 90 nos da detalles sobre la ira de Dios contra el pecado y sobre el sentido de la vida. Nuestra vida terrenal no durará mucho, y necesitamos sabiduría para prepararnos para lo que viene.
El Salmo 90 fue escrito por Moisés, un hombre con quien el Señor habló "cara a cara, como habla cualquiera a su compañero" (Éxodo 33:11; ver también Números 12:7-8). Sin embargo, Moisés escribió sobre la ira de Dios contra el pecado. Suplicó al Señor que ayudara a la humanidad a darse cuenta que todos rendiremos cuentas ante Dios por lo que hemos hecho en el cuerpo (cf. 2 Corintios 5:10). En el Salmo 90:11, Moisés escribe: "La fuerza de tu furia nadie ha llegado a conocerla". Moisés era un hombre que conocía mejor a Dios que la mayoría de las personas, pero también experimentó el castigo de Dios por su pecado y quería ayudar a los demás a evitarlo (Números 20:12).
Jesús contó una parábola que también explica lo que pasa cuando no "contamos nuestros días". En Lucas 12:19-21 Jesús describe a un hombre rico que sólo quería "comer, beber y divertirse" y no tenía tiempo para pensar en Dios. El hombre rico pensaba que le sobraban años para disfrutar de esos placeres, pero Dios reclamó su alma esa misma noche. Si el hombre rico hubiera aprendido a "contar sus días", hubiera realizado acciones que tuvieran un significado eterno. Esta parábola nos enseña que ninguno de nosotros sabe cuántos días nos quedan, por lo que no podemos desperdiciarlos en esfuerzos tontos y egoístas que no tienen valor.
El deseo de Dios para los seres humanos es que aprendamos, crezcamos y busquemos la sabiduría (Proverbios 2). Cuando aprendamos a contar nuestros días, compartiremos ese mismo deseo. Fuimos creados para vivir en comunión con Dios, descubriendo los misterios y las maravillas que Él ha esparcido por toda la creación. El Señor disfruta acompañándonos mientras buscamos todo lo que Él diseñó para nosotros (Salmo 37:23; Efesios 2:10). Si vivimos en armonía con Él, la muerte es simplemente un cambio de dirección. El disfrutar de Él no se interrumpe cuando pasamos a la eternidad.
Los que han aprendido a contar sus días pasan tiempo buscando la sabiduría, la bondad y el reino de Dios (Mateo 6:33). No tienen que temer la ira de Dios cuando sus vidas en la Tierra terminen. Jesús vino a la tierra para abrirnos un camino de reconciliación con Dios (2 Corintios 5:21). Pero Él no obliga a nadie a recibir el regalo de la vida eterna (Juan 3:16-18). Los que nunca aprenden a contar sus días se pasan la vida como si no hubiera nada más. El Salmo 90 les advierte sobre el juicio que les espera (Hebreos 9:27). Pero cuando aprendemos a contar nuestros días, vemos cada día como un valioso regalo y una oportunidad para acumular tesoros en el cielo (Lucas 12:33; Apocalipsis 22:12).
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¿Por qué debemos pedirle a Dios que nos enseñe a contar nuestros días (Salmo 90:12)?