Pregunta
¿Qué es la equivalencia funcional en la traducción de la Biblia?
Respuesta
La equivalencia funcional, o equivalencia dinámica, es un enfoque de la traducción bíblica. La equivalencia funcional intenta transmitir el significado del texto original, aunque para ello sea necesario cambiar un poco la redacción en el idioma de destino. La equivalencia funcional da prioridad a la legibilidad natural y a la comprensión en la lengua de destino, más que a la exactitud literal y a la fidelidad estricta a la redacción del texto original. Se ha descrito como traducción "pensamiento por pensamiento". Lo contrario de la equivalencia funcional es la equivalencia formal, que hace hincapié en la traducción palabra por palabra, preservando la gramática en la medida de lo posible y dando lugar a una traducción más literal.
Todo traductor debe tomar decisiones críticas al traducir la Biblia de sus idiomas originales . Incluso en la mayoría de las traducciones «palabra por palabra», hay que tomar decisiones cuando existen sinónimos y estructuras de oraciones confusas. Las traducciones demasiado estrictas suelen ser difíciles de entender. Por ejemplo, si tradujeras rígidamente cada palabra del griego a su equivalente en español utilizando un diccionario, tu Nuevo Testamento estaría lleno de conjunciones y artículos sin sentido, porque el griego koiné utilizaba las conjunciones y los artículos de forma diferente a como lo hace el español.
El problema no es si alguien tomará decisiones interpretativas como parte del proceso de traducción, sino qué filosofía guía esas decisiones.
En el mundo de la traducción de la Biblia, se han reconocido históricamente dos filosofías básicas entre las principales traducciones:
- La equivalencia funcional, que intenta comunicar lo que el autor pretendía originalmente sin estar rígidamente limitado por la sintaxis y la dicción del idioma original.
- Equivalencia formal, que trata de traducir lo que dijo el autor de la forma más aproximada posible, conservando la gramática y las formas de las palabras cuando es necesario.
La primera opción, la equivalencia funcional, es una teoría de la traducción bíblica que hace más hincapié en la idea que en la estructura. Cuando el objetivo es la equivalencia funcional, un traductor puede hacer cambios en la forma de un verbo o sustituir una conjunción por un signo de puntuación. Algunos de los eruditos que desarrollaron la equivalencia dinámica como teoría de la traducción pasaron a llamarla "equivalencia funcional" debido a los malentendidos en torno a la palabra dinámica. La equivalencia funcional se esfuerza por transmitir el significado del texto y está más dispuesta a sacrificar la estructura del idioma original para lograr este objetivo.
Eugene Nida, uno de los eruditos que ayudó a definir la equivalencia funcional, describe la traducción de esta manera: "Traducir consiste en reproducir en el idioma de destino el equivalente natural más cercano del mensaje en el idioma de origen, en primer lugar en cuanto al significado y en segundo lugar en cuanto al estilo" (Nida, E., y Tabor, C., The Theory and Practice of Translation, Brill, 2003, p. 12). Esta es una imagen útil del enfoque de equivalencia funcional.
El enfoque de la equivalencia funcional puede ser extremadamente positivo, ya que a veces una traducción rígida simplemente no tiene sentido. Además, hay palabras y conceptos en los idiomas originales que no tienen un equivalente directo en el idioma de destino. El peligro de la equivalencia funcional es que puede llegar a ser demasiado interpretativa, permitiendo que el traductor decida el "significado" por sí mismo.
Como ejemplo de la diferencia entre equivalencia funcional y equivalencia formal, examinaremos Efesios 3:18. En la versión griega de este pasaje, Pablo no proporciona un objeto al final del versículo. Traducido literalmente, dice simplemente: "comprender, con todos los santos, cuál [es] la anchura, la longitud, la profundidad y la altura" (LSV). Algunas traducciones optan por traducir el versículo tal cual (RVR1960, NBLA). Esto sería un ejemplo de equivalencia formal. Otras traducciones al español, más inclinadas a la equivalencia funcional, optan por proporcionar un objeto del contexto circundante, intentando dilucidar el significado de Pablo (ver NVI). Por ejemplo, la NVI dice: "comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo" (Efesios 3:18). La palabra griega para "amor" no aparece en el versículo 18, aunque sí en el siguiente, por lo que sabemos de qué está hablando Pablo. Ninguno de los dos enfoques es necesariamente erróneo, pero la diferencia ilustra cómo se desenvuelve una filosofía de traducción en el mundo real.
La mayoría de las traducciones de la Biblia al español se sitúan en algún punto del espectro de la equivalencia funcional y formal, y no se adhieren estrictamente a un enfoque. Al estudiar un pasaje, merece la pena comparar distintas traducciones para comprender el alcance total de lo que dice el autor. En última instancia, lo más importante es leer la Biblia, dejando que penetre en tu vida y te acerque a Dios.
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¿Qué es la equivalencia funcional en la traducción de la Biblia?