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Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre los espíritus hereditarios?

Respuesta


Algunos "ministerios de liberación" y grupos carismáticos enseñan la existencia de espíritus hereditarios, también llamados espíritus generacionales o espíritus familiares. Estas entidades se consideran espíritus malignos que se adhieren a una familia particular y los acosan a través de varias generaciones. Son demonios heredados de los antepasados.

Aquellos que enseñan la existencia de espíritus hereditarios los consideran la fuente de varios pecados como el orgullo, la lujuria, la perversión, la ira, la rebelión, el miedo y la adicción. Se culpa a los espíritus generacionales o hereditarios de las «maldiciones generacionales» que tienen como consecuencia la pobreza, la enfermedad, la confusión, el fracaso e incluso la muerte. Según el concepto de espíritus generacionales, un hombre lucha con problemas de ira porque está siendo influenciado por un "demonio de ira", el mismo demonio que provocó la ira de su padre y de su abuelo. Una mujer que lucha contra la depresión está siendo oprimida por un "demonio de la depresión" que fue invitado a la familia por el pecado de un antepasado, que tal vez practicaba la brujería. Una vez adherido a la familia, el demonio causa problemas en todo el linaje.

Por lo general, los ministerios de liberación recomiendan que una persona renuncie a los espíritus generacionales y a todas las maldiciones bajo las cuales se encuentra su familia, "atando" y "reprendiendo" a todos los demonios, alejando la enfermedad, etc. (Esto se debe hacer en voz alta, para que los demonios puedan oír la reprensión.) La idea es que uno debe echar fuera a todos los demonios y romper todos los pactos con el diablo hechos por los antepasados. Sólo así uno es libre para crecer espiritualmente en Cristo.

La idea de espíritus hereditarios o generacionales tiene más en común con el paganismo que con la Biblia. Los neopaganos y los wiccanos admiten de buen grado la creencia en maldiciones generacionales, demonios que se adhieren a una determinada familia y la idea de que el poder oculto se puede transmitir a través de la línea familiar. En el paganismo, romper una maldición generacional a menudo implica trabajar con los antepasados (muertos) de uno.

La enseñanza de los espíritus generacionales no tiene fundamento bíblico. Algunos tratan de defender la creencia en los espíritus generacionales citando pasajes como Deuteronomio 5:9 (NBLA), "Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre la tercera y la cuarta generación de los que me aborrecen". Sin embargo, es importante señalar que este pasaje (y otros como Éxodo 20:5 y Números 14:18) no menciona ningún espíritu. Podríamos llamar al castigo de Dios aquí una "maldición generacional", pero el texto no hace referencia a ningún espíritu generacional o hereditario. Dios estaba disciplinando a los rebeldes de Israel, pero no se dice que los demonios estuvieran implicados.

Los efectos del pecado (específicamente la idolatría en Deuteronomio 5) se transmiten naturalmente de una generación a otra. El castigo de Dios a los hijos de alguien, los nietos y los bisnietos no tiene nada que ver con los demonios familiares y tiene todo que ver con las consecuencias de las malas elecciones que afectan a otros en la familia. Cualquier tipo de elección pecaminosa puede impactar posiblemente a varias generaciones de descendientes y causar mucho sufrimiento.

Además, cuando un padre tiene un estilo de vida pecaminoso, es probable que sus hijos practiquen el mismo estilo de vida pecaminoso. Implícito en el aviso de Éxodo 20:5 es el hecho de que los niños elegirán repetir los pecados de sus padres. Dios promete castigar el pecado hasta la tercera o cuarta generación, porque esas generaciones están cometiendo los mismos pecados que sus padres. Pero nada en la Ley Mosaica sugiere que un demonio se adhiera a una familia.

También es de notar que la advertencia de Dios de visitar la iniquidad en las generaciones futuras es parte de la Ley del Antiguo Testamento, no de la gracia del Nuevo Testamento. Una maldición generacional fue una consecuencia que experimentó una nación específica (Israel) por un pecado específico (idolatría). Los libros de historia del Antiguo Testamento (especialmente Jueces) contienen el registro de este castigo dado por Dios.

La idea de que cada pecado o problema de hoy puede ser achacado a una maldición generacional no es bíblica. La idea de un espíritu generacional es aún menos bíblica. Es desafortunado que algunos hoy en día sean engañados por varias ideas tomadas de prácticas paganas, mezcladas con la verdad bíblica y presentadas como apropiadas para los cristianos.

Para alguien que esté preocupado por una maldición generacional o un espíritu hereditario, la respuesta es la salvación en Jesucristo. Un cristiano es una nueva creación (2 Corintios 5:17). ¿Cómo puede un hijo de Dios estar bajo la maldición de Dios (Romanos 8:1)? ¿Por qué debería temer a cualquier demonio, alguien redimido por Dios y en quien habita el Espíritu Santo? "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).

Sí, Dios prometió visitar el pecado de Israel hasta la tercera y cuarta generación, pero tenemos que seguir leyendo. En el versículo siguiente, prometió que mostraría "misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos" (Éxodo 20:6). En otras palabras, la gracia de Dios dura mil veces más que Su ira.

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