Pregunta
¿Qué valor tiene el estudio de las palabras para comprender la Biblia?
Respuesta
La Biblia, al ser literatura, se compone de palabras. Por eso, la comprensión de las propias palabras es básica para entender lo que dice la Biblia. Un estudio de palabras es una herramienta valiosa, ya que permite al estudiante de la Biblia ver cómo se utiliza la misma palabra a lo largo de la Biblia y en otra literatura de la misma época.
Una buena forma de realizar un estudio de palabras es leer un libro o un autor concreto (Pablo, por ejemplo) y ver cómo se utiliza una determinada palabra de forma sistemática. Basándonos en el uso de la palabra y en su definición común, empezamos a hacernos una idea de lo que el autor quiere decir cuando la utiliza. Por ejemplo, la palabra griega dunamis ("poder") aparece 119 veces en el Nuevo Testamento. Podríamos estudiar el uso que hace Lucas de la palabra en su evangelio, y luego comparar lo que encontramos con el uso que hace Pablo de la misma palabra en 1 Corintios. O podríamos estudiar la palabra hebrea korse ("trono") en todo el Antiguo Testamento.
Debemos tener cuidado con lo que un biblista ha llamado "transferencia ilegítima de totalidad". Una palabra puede significar cosas distintas en diversos contextos. No podemos transferir automáticamente la totalidad del significado a cada instancia en la que se utiliza la palabra. Una palabra puede tener varios significados, pero eso no significa que todos los significados estén previstos cada vez que se utiliza la palabra: debemos ser sensibles al contexto. Por ejemplo, la palabra griega angelos significa propiamente "un mensajero". La palabra se utiliza comúnmente en las Escrituras para referirse a un ser espiritual creado por Dios, que vive en el cielo y cumple la voluntad de Dios. Sin embargo, la palabra también se utiliza en las Escrituras para referirse a un ser demoníaco (Apocalipsis 12:9) e incluso a un fantasma (Hechos 12:15).
Algunas buenas herramientas para el estudio de palabras en español son el "Diccionario teológico del Antiguo Testamento" editado por Ernst Jenni y Claus Westermann, y el "Diccionario de teología del Nuevo Testamento" editado por Lothar Coenen, Erich Beyreuther y Hans Bietenhard. Sin embargo, estas obras son algo académicas y pueden resultar complicadas para quienes no tienen experiencia con los idiomas originales. Otras herramientas útiles incluyen el "Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento" por W.E. Vine y la "Concordancia Exhaustiva de Strong". Para iniciar el estudio de una palabra, utiliza una concordancia exhaustiva para encontrar todos los pasajes en los que aparezca la palabra, y lee esos pasajes. Toma notas y desarrolla tú mismo una idea del significado de la palabra, y luego comprueba tus conclusiones con estudiosos y comentaristas.
Para ver cómo funciona un estudio de palabras, prueba esto:
Utiliza una concordancia para buscar la palabra evangelio (en griego, euaggelion) en el libro de Romanos.
Lee todos los pasajes de Romanos que contengan la palabra.
Responde a estas preguntas:
- ¿Cuál es la definición de diccionario de la palabra?
- ¿En qué sentido o sentidos es "buena" la noticia?
- ¿Qué frases van unidas a la palabra evangelio que muestren la fuente o la naturaleza de la buena nueva?
- ¿Por qué Pablo lo llama "mi evangelio" en Romanos 2:16 y 16:25?
- ¿De qué manera se debe "obedecer" el Evangelio (Romanos 10:16)?
- ¿Qué más notas sobre cómo se utiliza la palabra en Romanos?
Compara el uso que hace Pablo de la palabra evangelio en Romanos con el uso que hace Lucas de la misma palabra en el libro de los Hechos.
Dedica algún tiempo a alabar al Señor por el Evangelio.
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