Pregunta
¿Qué significa ser demasiado justo y sabio en exceso (Eclesiastés 7:16, NBLA)?
Respuesta
Eclesiastés 7:16 (NBLA) dice: "No seas demasiado justo, ni seas sabio en exceso. ¿Por qué has de destruirte?". Dada la norma bíblica de rectitud y la importancia que concede a la sabiduría, parece extraño que Salomón dijera que no hay que ser demasiado justo ni demasiado sabio.
Una clave para comprender esta advertencia contra el exceso de justicia y sabiduría se encuentra en Eclesiastés 7:15 (NBLA): "He visto todo durante mi vida de vanidad: Hay justo que perece en su justicia, y hay impío que alarga su vida en su perversidad". Salomón había sido testigo de ambas situaciones: los que habían muerto haciendo obras justas y los que habían muerto pecando -y, lo que es peor, pecando durante mucho tiempo mientras parecían salirse con la suya. Salomón contempla aquí el hecho de que a veces los buenos mueren jóvenes, mientras que los malvados viven largas vidas inicuas. Esto es un misterio para él y una de las cosas que aumentan la "vanidad" de una vida vivida "bajo el sol" (Eclesiastés 1:2-3, NBLA).
También debemos tener presente Eclesiastés 7:17, porque Salomón continúa el pensamiento que comenzó con la advertencia contra ser demasiado justo y sabio: "No seas demasiado impío, ni seas necio. ¿Por qué has de morir antes de tu tiempo?". Y luego el versículo 18 resume la lección: "el que teme a Dios se sale con todo ello".
Considerando todo esto, Salomón está enseñando moderación en el temor a Dios. No seas excesivamente justo, ni excesivamente sabio, ni excesivamente impío, ni excesivamente necio. Perseguir los extremos no prolongará la vida ni proporcionará la satisfacción deseada.
Aun así, ¿qué significa ser demasiado justo y demasiado sabio? Evidentemente, Salomón se refiere a algo distinto de ser verdaderamente justo y verdaderamente sabio. Ser "justo en exceso" es esforzarse por alcanzar una justicia propia basada en la adhesión externa a las normas. Ser "demasiado justo" es una religiosidad extrema, quizá marcada por el ascetismo, el rigor excesivo y la observancia celosa de las minucias de la religión creada por el hombre. Los fariseos de la época de Jesús eran "demasiado justos" en este sentido; en su fanática justicia propia, "cuelan el mosquito y se tragan el camello" (Mateo 23:24, NBLA).
Ser "demasiado sabio" es creerse autosuficiente en cuestiones de conocimiento, sobre todo cuando se trata de las cosas de Dios. La "sabiduría excesiva" pondrá en duda el carácter y la sabiduría de Dios, especulará sobre Sus actos y los juzgará según la propia sabiduría "superior". Job, hombre justo como era, se mostró "demasiado sabio" cuando empezó a cuestionar a Dios, y Dios tuvo que preguntarle: "¿Quién es este que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento? Ciñe ahora tus lomos como un hombre, y Yo te preguntaré, y tú me instruirás" (Job 38:2-3, NBLA). La respuesta de Job demostró que había recuperado la verdadera sabiduría: "Yo soy insignificante; ¿qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre la boca" (Job 40:4, NBLA).
La justicia propia puede causar mucho daño. Mateo 23:5 (NBLA) ofrece un excelente resumen del comportamiento de los "santurrones": "hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres". Dios condena este tipo de estilo de vida por intentar ser justos de forma equivocada.
En Joel 2:12-13 (NBLA), el Señor llama a Su pueblo a ir más allá de la religión y la justicia externas y a volver verdaderamente a Él: "Vuelvan a Mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento. Rasguen su corazón y no sus vestidos". Al Señor le preocupaban menos sus sacrificios y su adhesión externa a la Ley que el estado de sus corazones.
Salomón conocía mejor que la mayoría de la gente el resultado de la justicia que no surgía de un corazón que amara de verdad a Dios. Como rey, habría estado familiarizado con los líderes religiosos del templo que mandó construir en Jerusalén. Miles de levitas servían entre sus muros. Sin duda, algunos lo hacían con un verdadero corazón de amor a Dios, mientras que otros servían con motivos impropios. Las palabras de Salomón en Eclesiastés 7:16 reflejan la voz de quien llama a todo el pueblo de Dios a vivir para Él con verdadera rectitud y verdadera sabiduría. Y los versículos siguientes (Eclesiastés 7:17-18) lo mantienen todo en equilibrio.
Aunque estos temas sólo se mencionan brevemente en el Eclesiastés, Salomón y otros hablan largo y tendido sobre la verdadera rectitud y sabiduría en el libro de los Proverbios. Sus palabras iniciales dicen que los proverbios son: "Para aprender sabiduría e instrucción, para discernir dichos profundos, para recibir instrucción en sabia conducta, justicia, juicio y equidad" (Proverbios 1:2-3, NBLA). Proverbios 1:7 (NBLA) añade: "El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción".
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¿Qué significa ser demasiado justo y sabio en exceso (Eclesiastés 7:16, NBLA)?