Pregunta
¿Quiénes eran las hijas de Zelofehad?
Respuesta
Las hijas de Zelofehad eran cinco hermanas llamadas Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa (Números 27:1) que acudieron a Moisés preocupadas por cómo se iba a dividir la Tierra Prometida con respecto a su familia. En Números 26:52-56, Moisés recibió instrucciones del Señor sobre cómo repartir la tierra en herencia, pero estas hermanas tenían una situación particular.
Las hijas de Zelofehad acudieron a la puerta de la tienda de reunión, donde se dictaban las sentencias, para hablar con Moisés, Eleazar, los líderes y la congregación. Su padre había muerto en el desierto y no tenía hijos (Números 27:2-3). Como en el censo de Números 26 solo se había contado a los varones, las hijas de Zelofehad vieron un problema: sin padre ni hermanos que heredaran una porción de la tierra, quedarían desamparadas. Las hijas propusieron a Moisés que se les permitiera heredar la porción de tierra de su padre. Preguntaron: "¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre" (versículo 4).
Como esta situación no tenía precedentes, Moisés pidió dirección a Dios (Números 27:5). La respuesta del Señor fue justa: "Las hijas de Zelofehad tienen razón en lo que dicen. Ciertamente les darás herencia entre los hermanos de su padre, y pasarás a ellas la herencia de su padre" (Números 27:7, NBLA). En otras palabras, Dios se pronunció a favor de las hijas. Podían heredar la porción de tierra de su padre como forma de mantenerse a sí mismas y preservar la memoria de su padre.
El caso de las hijas de Zelofehad sentó un precedente y amplió los derechos legales de las mujeres. Debido a la sentencia relativa a las hijas de Zelofehad, se incluyó a las mujeres en la lista de herederos elegibles de la propiedad. El orden de herencia pasó a ser el siguiente: hijo, hija, hermano, tío paterno y pariente más cercano del clan. Los bienes no se podían transferir fuera de la propia tribu.
En Números 36, volvemos a oír hablar de las hijas de Zelofehad. Esta vez se trata de con quién podían casarse. Se avecinaba un problema potencial: si las hijas, que ahora eran propietarias de tierras, se casaban con hombres de fuera de su tribu, se unirían a las tribus de sus maridos y se llevarían consigo la propiedad de su padre. Esto disminuiría la propiedad asignada a Manasés, la tribu de Zelofehad (Números 36:1-3). Además, la tierra no volvería a Manasés durante el Año del Jubileo (versículo 4). La asignación de tierras para cada tribu podía cambiar significativamente, debido a los matrimonios mixtos con otras tribus.
Dios dio una solución sencilla al posible problema. Dios ordenó que las hijas de Zelofehad pudieran casarse con quien quisieran dentro del clan tribal de su padre (Números 36:7). Ninguna herencia debía pasar de tribu a tribu. Las cinco hermanas acataron esta norma y se casaron con sus primos por parte de padre (versículos 10-11). Así se mantuvo intacta la asignación de tierras. Una vez más, el caso de las hijas de Zelofehad sentó un precedente legal para el resto de Israel.
A lo largo de la Biblia, Dios muestra especial preocupación por la viuda y el huérfano. Leemos una y otra vez como Dios hace provisiones especiales para ellos, como hizo con las hijas de Zelofehad.
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¿Quiénes eran las hijas de Zelofehad?