Pregunta
¿Qué tiene de malo el método de interpretación alegórica?
Respuesta
El método alegórico (o espiritualizador) de interpretación ocupó un lugar prominente en la Iglesia durante unos 1.000 años, hasta que fue desplazado durante la Reforma. Los reformadores buscaban el "sentido llano" de las Escrituras.
La interpretación alegórica busca un significado más profundo y espiritual en el texto. Aunque no niegan necesariamente que el texto tenga un significado literal o que los incidentes históricos relatados sean ciertos, los intérpretes alegóricos buscarán un significado simbólico más profundo. Algunos ejemplos pueden ser útiles:
Cantares suele interpretarse alegóricamente como una referencia al amor que Cristo siente por la Iglesia.
En la Biblia de Referencia Scofield, C. I. Scofield interpreta Génesis 1:16 de forma alegórica. Aunque no niega el significado llano del versículo relativo a la creación, encuentra un significado espiritual más profundo (él lo llama tipológico). La luz/sol mayor es Cristo, y la luz/luna menor es la Iglesia, que refleja la luz de Cristo, y las estrellas son creyentes individuales.
En su "Retratos de Cristo en el Génesis", M. R. DeHaan dice que Adán es un tipo de Cristo porque Adán fue dormido, su costado fue abierto -fue herido y su sangre derramada- y de esa herida fue tomada su esposa. Del mismo modo, Cristo murió, Su costado fue abierto, y de esa experiencia se produjo Su Novia, la Iglesia. Del mismo modo que Adán dijo que Eva era hueso de sus huesos y carne de su carne (Génesis 2:23), la Iglesia es el cuerpo, la carne y los huesos de Cristo (ver Efesios 5:30).
Quizá el ejemplo más famoso de interpretación alegórica sea la explicación de Orígenes de la parábola del buen samaritano de Lucas 10. En la visión alegórica, el hombre al que roban es Adán, Jerusalén es el paraíso y Jericó es el mundo. El sacerdote es la Ley, y los levitas son los Profetas. El samaritano es Cristo. El asno es el cuerpo físico de Cristo, que lleva la carga del hombre herido (las heridas son sus pecados), y la posada es la Iglesia. La promesa del samaritano de volver es una promesa de la segunda venida de Cristo.
Debemos reconocer que la alegoría es un recurso literario hermoso y legítimo. El Progreso del Peregrino de John Bunyan se escribió como una alegoría de la vida cristiana. En esta historia, casi todas las acciones y personajes pretenden tener un significado espiritual más profundo. Interpretar literalmente la historia de Bunyan sería no entenderla en absoluto.
En realidad, hay poca diferencia entre la interpretación alegórica, tipológica y simbólica. Todas ellas buscan un significado más profundo tras lo que parecería una lectura literal del texto bíblico. Sin embargo, estos métodos no deben contraponerse a la "interpretación literal", porque todo intérprete reconoce que algunos pasajes de la Biblia deben interpretarse de manera simbólica, tipológica o alegórica. Por ejemplo, Eclesiastés 12:1-7 habla de una heredad en ruinas, aunque es una alegoría de los estragos de la edad y el tiempo en el cuerpo humano. Todos los cristianos estarían de acuerdo en que los sacrificios del Antiguo Testamento son simbólicos del sacrificio mayor de Cristo. Cuando Jesús dice: "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos" (Juan 15:5, NBLA), nadie espera encontrar hojas y racimos de uvas brotando de sus brazos. Incluso quienes insisten en una interpretación literal del libro del Apocalipsis siguen esperando que "la Bestia" sea un hombre, no un animal (ver Apocalipsis 13:4).
Insistir en una lectura literal de un pasaje de las Escrituras que debía interpretarse de forma simbólica es no entender el significado del texto. Por ejemplo, en la Última Cena, Jesús dice del pan y el vino: "Esto es mi cuerpo. . . . . Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre" (Lucas 22:19-20, NBLA). Los oyentes de Jesús en la sala estaban participando en una cena pascual en la que cada elemento se interpretaba simbólicamente. Que de repente pensaran que Jesús hablaba literalmente en relación con estos dos elementos es completamente ajeno al contexto. La metáfora es un recurso literario reconocido y en uso hoy en día y en la época de Cristo. Jesús podría haber dicho con la misma facilidad: "Esto representa mi cuerpo y mi sangre", pero en el contexto de la Pascua no era necesaria tal franqueza.
El problema del método alegórico de interpretación es que trata de encontrar una interpretación alegórica para cada pasaje de las Escrituras, independientemente de si se pretende o no que se entienda de ese modo. Los intérpretes que alegorizan pueden ser muy creativos, sin ningún control basado en el propio texto. Resulta fácil leer las propias creencias en la alegoría y pensar que tienen apoyo bíblico.
Siempre habrá algún desacuerdo sobre si ciertos textos deben tomarse literal o figuradamente y en qué grado, como demuestran los desacuerdos sobre el libro del Apocalipsis, incluso entre quienes tienen en alta estima las Escrituras. Para que un texto se interprete alegórica o figurativamente, tiene que haber una justificación en el propio texto o algo en el trasfondo cultural de los lectores originales que les hubiera llevado a entender el texto simbólicamente. El objetivo de todo intérprete que tenga una visión elevadísima de las Escrituras es descubrir el significado que se pretende dar al texto. Si el significado deseado es simplemente la comunicación literal de un hecho histórico o la explicación directa de una verdad teológica, entonces ese es el significado inspirado. Si el significado que se pretende es alegórico/tipológico/simbólico/figurativo, entonces el intérprete debe encontrar alguna justificación para ello en el texto y en la cultura de los oyentes/lectores originales.
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¿Qué tiene de malo el método de interpretación alegórica?