Pregunta
¿Qué enseñanzas podemos extraer de las leyes que Dios les dio a los reyes de Israel?
Respuesta
Aunque el Señor era el líder de los israelitas, Él predijo un tiempo en el que Su pueblo desearía tener un rey humano para gobernarlos. Lo predijo y lo permitió, ordenando: "Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y la poseas y habites en ella, y digas: "Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que me rodean", ciertamente pondrás sobre ti al rey que el Señor tu Dios escoja" (Deuteronomio 17:14-15 − NBLA).
En los versículos siguientes al pasaje anterior, encontramos varias ideas que pueden aportar sabiduría para la elección de líderes en la actualidad. Primero, Dios le dice a Su pueblo que se asegure de seguir Su voluntad al coronar a un rey. La Biblia deja claro que los líderes son escogidos por el Señor (ver Romanos 13:1). En situaciones en las que podemos elegir a nuestros líderes, debemos consultar a Dios sobre nuestro voto.
En segundo lugar, la mejor manera de elegir a los líderes suele ser de entre las personas a las que van a liderar. En el caso de los reyes de Israel, el Señor ordenó: "no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano" (Deuteronomio 17:15).
Tercero, un líder piadoso no debe centrarse en acumular riqueza personal. Deuteronomio 17:16-17 advierte: "Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos... ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia". Las grandes riquezas tienen una manera de apartar el corazón de una persona del Señor (ver Mateo 19:23), y un líder del pueblo no debe dejarse distraer por las riquezas.
Cuarto, un buen líder debe estar contento con su situación familiar. El versículo 17 advierte: "Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe". Una multitud de esposas alejará el corazón de un líder del Señor. Esto es exactamente lo que sucedió en el reinado del rey Salomón, quien tuvo 700 esposas (1 Reyes 11:3). A pesar de la gran sabiduría de Salomón, su corazón se apartó del Señor para honrar a las deidades de sus esposas.
Quinto, un buen líder debe estar comprometido con la Palabra de Dios. Los versículos 18-19 añaden: "Y cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, en presencia de los sacerdotes levitas. La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al Señor su Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta ley y estos estatutos" (NBLA). No hay registro de un rey israelita que realmente haya escrito toda la Ley del Señor, pero el rey David sirve como ejemplo de un líder que se comprometió con la Ley y como resultado fue bendecido. Otros reyes de Israel que no se adhirieron a las leyes de Dios no disfrutaron de la misma calidad de liderazgo.
Sexto, un líder piadoso, sirve con humildad. Se le dijo al rey israelita "que no se eleve su corazón sobre sus hermanos" (versículo 20). Aunque esté sentado en un trono, el rey sigue siendo siervo de Dios.
El beneficio para los reyes israelitas que seguían estos mandamientos era un largo reinado y una dinastía establecida: "a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel" (versículo 20). El pueblo bajo un rey piadoso también se beneficiaba. Es importante que los líderes de cualquier nación, en cualquier época, busquen ser piadosos. "Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime" (Proverbios 29:2 − NTV).
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¿Qué enseñanzas podemos extraer de las leyes que Dios les dio a los reyes de Israel?