Pregunta
¿Qué significa que "lo veremos como Él es" (1 Juan 3:2, NBLA)?
Respuesta
En 1 Juan 3:1-3, el apóstol Juan se sobrecoge ante el milagro del amor de Dios al reclamarnos como Sus hijos. Para quienes hemos entregado nuestras vidas a Jesucristo como Señor y Salvador, eso es lo que somos: ¡hijos de Dios! Pero hay un problema, explica Juan: "aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es" (1 Juan 3:2, NBLA).
Una dificultad de nuestro estado actual de existencia es que no podemos comprender plenamente lo que significa ser hijo de Dios. Aún no tenemos la imagen completa porque Dios no nos ha mostrado cómo seremos cuando Jesucristo vuelva y le veamos cara a cara. Hasta entonces, sólo podemos tener una visión preliminar poco clara. El apóstol Pablo afirma: "Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad. Todo lo que ahora conozco es parcial e incompleto, pero luego conoceré todo por completo, tal como Dios ya me conoce a mí completamente" (1 Corintios 13:12, NTV).
"Lo veremos como Él es", significa que nuestra capacidad de apreciar y comprender la profundidad, amplitud y plenitud de Cristo -y lo que somos en Cristo- sólo será completa cuando Él regrese. Cuando estemos ante Él, nuestros ojos espirituales estarán bien abiertos, ampliando nuestro campo visual para abarcarlo todo. Una vez más, Pablo verifica que somos "transformados en la misma imagen de gloria en gloria" (2 Corintios 3:18, NBLA). Ahora mismo, mientras vivimos en este mundo caído, el proceso de transformación es gradual, inconsistente y, a veces, imperceptible. Sin embargo, cuando estemos en presencia de Jesús, nuestra transformación será rápida y total. Veremos al Hijo en toda Su magnífica gloria y, por fin, comprenderemos plenamente lo que significa ser hijo de Dios.
Las Escrituras están llenas de recordatorios de que nos acercamos a una revelación apoteósica (Lucas 17:30; 1 Corintios 1:7; 2 Tesalonicenses 1:7; 1 Pedro 1:7). El significado literal de la palabra griega apokálypsis (apocalipsis en español) es "desvelamiento, revelación, divulgación". Al final, Cristo volverá, y Su segunda venida hará visible todo lo que es verdad de Jesús, pero que actualmente está velado a los ojos humanos. Los hijos de Dios tendrán "la inmensa alegría de ver su gloria cuando sea revelada a todo el mundo" (1 Pedro 4:13, NTV). Actualmente, estamos siguiendo el "supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" a medida que desarrollamos grados cada vez mayores de crecimiento en la madurez cristiana (Filipenses 3:14). Finalmente, el proceso culminará en la perfección celestial cuando "traeremos también la imagen del celestial" (1 Corintios 15:49, NBLA).
Pablo enseña que "en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano. De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad" (Colosenses 2:9-10, NTV). En Cristo, los creyentes tienen la plenitud de Dios (Efesios 1:22-23). En nuestro estado actual, sólo podemos captar este hecho con un conocimiento imperfecto y una comprensión parcial. No podemos comprender la realidad total de lo que somos como hijos de Dios, porque aún no podemos ver en toda su extensión la persona de Cristo. Pero tendremos una visión perfecta y sin obstáculos cuando Jesucristo regrese. Cuando le veamos en persona, le veremos tal como es: en la plenitud de la gloria de Dios.
Sólo unos pocos seres humanos privilegiados, como Moisés, Isaías y Esteban, vislumbraron la gloria de Dios (Éxodo 33:21-23; Isaías 6; Hechos 7:55). Dios habló a Moisés "cara a cara, ¡con claridad y no en acertijos! Él ve al Señor como él es" (Números 12:8, NTV). Ver a Dios en toda Su magnífica gloria es verle tal como es en realidad. El autor de Hebreos nos dice que el Hijo "es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza" (Hebreos 1:3, NBLA). Los que vieron a Jesús en Su primera venida vieron Su gloria (Juan 1:14; 11:40). Cuando veamos al Hijo cara a cara, también le veremos tal como es: la expresión exacta de la gloria de Dios. Finalmente, comprenderemos todo lo que significa decir: "Soy hijo de Dios".
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¿Qué significa que "lo veremos como Él es" (1 Juan 3:2, NBLA)?
