Pregunta
¿Cuál es el misterio de la iniquidad?
Respuesta
La frase "el misterio de la iniquidad" aparece en la versión Nueva Biblia de las Américas de 2 Tesalonicenses 2:7: "Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, solo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio" (NBLA). Otras traducciones la presentan como "el misterio de la maldad" (NVI) o "plan secreto de maldad" (TLA). Antes de intentar interpretar el significado de esta frase, veamos el contexto del pasaje en cuestión:
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, que no sean sacudidos fácilmente en su modo de pensar, ni se alarmen, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición. Este se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No se acuerdan de que cuando yo estaba todavía con ustedes les decía esto? Ustedes saben lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, solo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Entonces será revelado ese impío, a quien el Señor matará con el espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor de Su venida. La venida del impío será conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en la iniquidad (2 Tesalonicenses 2:1-12, NBLA, énfasis añadido).
Pablo escribió este pasaje para corregir una enseñanza errónea que circulaba entre los cristianos de Tesalónica, la cual afirmaba que el Día del Señor (el juicio final) ya había llegado y que ellos habían sido dejados atrás para enfrentarlo. Pablo quiere dejar las cosas claras sobre el regreso de Cristo y nuestra reunión con Él: el rapto. Pablo afirma que los dos acontecimientos que preceden al Día del Señor son la apostasía (o "la rebelión") y la manifestación del hombre de pecado (el Anticristo). El "misterio de la iniquidad" que eventualmente culminará en la aparición del Anticristo ya está en acción en el mundo, pero está siendo restringido por ahora para que el mal no se desate en toda su magnitud (lo cual ocurrirá cuando el que lo detiene sea quitado).
¿Qué es la apostasía? La palabra griega "apostasía" en 2 Tesalonicenses 2:3 significa "partida, caída, defección, revuelta". Esta apostasía de los últimos tiempos será una caída masiva de la humanidad en contra de Dios, preparando el camino para que el hombre de pecado se presente como Dios (versículo 4). Es una revuelta mundial sin precedentes contra todas las cosas piadosas, e incluso muchos que dicen ser cristianos se verán atrapados en ella. Otra interpretación, sostenida por una minoría de eruditos, es que "apostasía" podría referirse a la "partida" de la iglesia del mundo, es decir, el rapto al que Pablo alude en el versículo 1 y del que ya había hablado anteriormente en 1 Tesalonicenses 4:13-18. Es importante señalar que una interpretación pre-tribulacionista no exige equiparar la apostasía con el rapto.
¿Quién es el hombre de pecado? Es una persona literal, conocida como el Anticristo. Será el agente de Satanás, un falso Cristo que realizará señales y milagros para engañar al mundo. Juan escribió que muchos anticristos precederán la venida del Anticristo final (1 Juan 2:18), al que se hace referencia como "la bestia" en Apocalipsis 13:1-10, "cuerno pequeño" en Daniel 7:8, y "rey [que] hará su voluntad" en Daniel 11:36.
El misterio de la iniquidad ya está obrando en el mundo. Las fuerzas que prepararían el camino para el Anticristo están listas para establecer su reino impío, pero actualmente están siendo restringidas (2 Tesalonicenses 2:6-7). ¿Quién es el Restrictor? Algunas posibilidades incluyen el Espíritu Santo, la iglesia, los gobiernos humanos y los ángeles. Los tesalonicenses sabían de quién se trataba, por lo que Pablo no da detalles (versículo 6). Creemos que la mejor interpretación es que el Restrictor es el Espíritu Santo, cuya presencia en el mundo, a través de la iglesia, impide el avance del mal absoluto. La presencia del Espíritu Santo en el mundo está ahora mismo frustrando la revelación del hombre de pecado. La maldad no consigue hacerse con el poder mundial, pero esto cambiará. Pero cuando la iglesia sea removida de la tierra (en el arrebatamiento), el misterio de la iniquidad tendrá vía libre y comenzará la tribulación (Mateo 24).
¿Qué es exactamente el misterio de la iniquidad (NBLA) o el plan secreto de maldad (TLA) que está siendo refrenado por el Espíritu Santo? La palabra misterio denota algo oculto por un tiempo antes de que Dios decida revelarlo. Algunos "misterios" revelados en el Nuevo Testamento incluyen la doctrina de la iglesia gentil (Romanos 16:25-27; Efesios 3:4-12; Colosenses 1:25-27) y el rapto (1 Corintios 15:51-52). Este "misterio" en particular de 2 Tesalonicenses 2:7 se refiere a la obra de la anarquía en el mundo, que conduce a una rebelión mundial contra Dios. Funciona en secreto en este momento, pero está funcionando. La revelación de esta iniquidad coincidirá con la revelación del Anticristo, mencionado en 2 Tesalonicenses 2:8. El ascenso al poder del hombre de pecado representará el clímax de la anarquía, un movimiento satánico contra la administración de Dios. Este movimiento secreto, entre bastidores, todavía está refrenado, pero a la espera de ser revelado.
El misterio de la iniquidad ha estado activo desde los tiempos de Pablo y, cuando finalmente se desate, el mundo quedará estremecido. El Anticristo alcanzará un nivel de maldad sin precedentes. Incluso los actos atroces de figuras históricas como Hitler o Stalin parecerán menores en comparación con su depravación.
Los creyentes tienen el privilegio de ayudar a restringir el misterio de la iniquidad mientras esperan la venida de su Señor. En su segunda venida, Jesús reinará como Rey de reyes y Señor de señores. Con el soplo de su boca, destruirá las obras del enemigo. Al Anticristo le "quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin" (Daniel 7:26).
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