Pregunta
¿Puede una persona nacer gay?
Respuesta
En 1996, The Advocate, una revista de gays y lesbianas, preguntó a sus lectores cuál creían que sería el impacto potencial para el avance de los derechos de gays y lesbianas si un descubrimiento científico demostrara una base biológica para la homosexualidad. Alrededor del 61% de los lectores de la revista afirmaron que dicha investigación científica favorecería la causa de gays y lesbianas y conduciría a actitudes más positivas hacia la homosexualidad. Por ejemplo, si uno puede nacer gay, igual que puede nacer con los ojos marrones, entonces una sociedad justa no podría condenarlo por ser antinatural o inmoral. Con ese fin, los activistas gays y los medios de comunicación liberales han fomentado activamente la idea de que la homosexualidad es hereditaria e inmutable, y los investigadores han buscado diligentemente pruebas científicas que respalden esa afirmación. Por desgracia para el movimiento pro-homosexualidad, la investigación sobre este tema no ha logrado establecer ninguna prueba científica que demuestre una base puramente genética de la homosexualidad.
La controversia comenzó con el trabajo del doctor Simon LeVay. En 1991, LeVay analizó los cerebros de 41 cadáveres y observó diferencias entre los varones homosexuales y los heterosexuales. El hipotálamo, una zona que se cree que regula la actividad sexual, era más pequeño en los varones homosexuales que en los heterosexuales. El Dr. LeVay creía que las diferencias demostraban la existencia de una base biológica para la homosexualidad, pero no tuvo en cuenta una serie de razones, aparte de las genéticas, por las que los cerebros eran diferentes. En primer lugar, los 19 cadáveres homosexuales habían muerto de SIDA, una enfermedad que afecta al sistema neurológico. Podría ser que la enfermedad hubiera encogido el hipotálamo. En segundo lugar, los científicos que estudian la bioquímica cerebral saben que la forma de pensar de una persona afecta al funcionamiento de su cerebro; en concreto, afecta a los neuroquímicos liberados en el cerebro y a la forma en que ciertas vías crecen y cambian. ¿Podrían las diferencias estructurales del cerebro haber comenzado con la diferencia de pensamientos entre homosexuales y heterosexuales, en lugar de con la genética? En tercer lugar, no hay pruebas que relacionen el tamaño del hipotálamo con la homosexualidad, ni como causa ni como efecto.
En 1993, el Dr. Dean Hamer, un activista pro-gay, hizo la asombrosa afirmación en su investigación de que podría existir un gen para la homosexualidad. Su equipo de investigadores inició una serie de estudios de vinculación genética, en los que familias con varios homosexuales se sometieron a análisis genéticos para determinar si se podía encontrar alguna variante cromosómica en la familia y si la variante se correlacionaba con los individuos que mostraban la homosexualidad. Aunque la muestra del estudio de Hamer era muy pequeña, descubrió un vínculo significativo entre los homosexuales y un marcador del cromosoma X materno, Xq28. Otros estudios con muestras de mayor tamaño produjeron resultados contradictorios en la vinculación con Xq28. Es importante señalar que los experimentos de Hamer nunca han sido validados; de hecho, otros grupos de investigadores han desacreditado el trabajo de Hamer como no reproducible o incluso fraudulento.
Aunque existieran algunos puntos en común genéticos entre los homosexuales, las características asociadas no prueban una relación causal. Por ejemplo, un estudio genético entre atletas profesionales probablemente mostraría que un porcentaje significativo de estas estrellas comparten ciertas secuencias genéticas. Se podría concluir erróneamente que las secuencias genéticas de mayor velocidad, agilidad y fortaleza demuestran que la práctica de deportes profesionales es un rasgo hereditario. Sin embargo, ninguna secuencia genética puede explicar la elección humana y los efectos del entorno. Las personas que tienen los rasgos genéticos de un atleta pueden gravitar naturalmente hacia el deporte profesional o ser animadas a practicarlo. Aunque los atletas comparten algunos rasgos comunes, ser un atleta profesional en sí no es heredable. La cultura en la que un individuo madura y las elecciones que hace deciden su trayectoria profesional.
Hay muchos investigadores que citan los factores ambientales como los principales contribuyentes a los sentimientos homosexuales. Creen firmemente que las experiencias negativas de la primera infancia en un entorno familiar carente de amor o apoyo son una parte fundamental de este proceso. Los elementos comunes parecen incluir un padre emocionalmente retraído o físicamente ausente y una madre dominante, aduladora o sobreprotectora. En muchos casos, hay informes de abusos físicos, sexuales o emocionales. La alteración de la identificación de género puede contribuir al desarrollo de la homosexualidad. Este proceso comienza entre los dos y los cuatro años. Durante esta fase, los niños pasan de su conexión primaria con la madre a buscar vínculos más profundos con el progenitor del mismo sexo. Para los varones, la relación entre un niño y su padre es el medio principal para desarrollar una identidad de género segura. Cuando padre e hijo comparten tiempo juntos, el padre expresa su valor e interés por el hijo y le transmite un sentido de masculinidad. El niño empieza a desarrollar un sentido de su propio género comprendiéndose a sí mismo en relación con su padre. Por el contrario, una madre distante, maltratadora o físicamente ausente o una madre que es vista por su hija como débil (como cuando la madre es maltratada por varones) puede perturbar la identificación de su hija con ser femenina.
Los vínculos con amigos del mismo sexo también influyen en el desarrollo de la identidad de género. Con el tiempo, tras años de interacción y vinculación con compañeros del mismo sexo, los niños entran en la pubertad y empiezan a prestar atención al sexo opuesto. Cuando se interrumpe este proceso natural, parece natural que un niño quiera y anhele la atención de los de su mismo sexo. Cuando los niños con determinados temperamentos perciben inicialmente el rechazo del progenitor del mismo sexo, se desapegan y se vinculan con el otro progenitor. Empiezan a adoptar los patrones y atributos del sexo opuesto. Sin embargo, siempre hay un anhelo de conexión con el progenitor del mismo sexo, de amor y afirmación por parte del mismo sexo. Estos niños creen que nacieron así, ya que han anhelado el amor y el apego con los progenitores del mismo sexo desde que tienen uso de razón. Así pues, el comportamiento homosexual comienza como un deseo emocional, no sexual. Refleja una necesidad legítima de amor no sexual, una necesidad emocional que acaba sexualizándose con el inicio de la pubertad.
La mayoría de los investigadores han llegado a la conclusión de que la orientación sexual es una cuestión compleja y multifactorial en la que los factores biológicos, sociales y psicológicos se combinan para desempeñar un papel en la orientación sexual final de un individuo. Según la doctora Julie Harren, la fórmula de esta interacción entre factores podría representarse mediante estas ecuaciones
--Genes + Cableado cerebral + Ambiente hormonal prenatal = Temperamento.
--Padres + Pares + Experiencias = Entorno.
--Temperamento + Entorno = Orientación homosexual.
Lo que falta en estas ecuaciones es la existencia de un alma, la decisión del individuo y la tentación del diablo (ver Santiago 1:14).
Aunque psicológicamente sea más fácil para un homosexual creer que la homosexualidad es innata, las pruebas científicas acumuladas sugieren lo contrario. Los homosexuales pueden tener una predisposición genética, pero la elección humana sigue siendo un factor. Una predisposición no es una limitación. En última instancia, la orientación sexual se determina fuera del útero. Para quienes se sienten infelices viviendo un estilo de vida homosexual, esta verdad ofrece una esperanza de cambio. La experiencia clínica ha demostrado que, con ayuda, algunos homosexuales pueden cambiar respuestas aprendidas y mecanismos de defensa ante experiencias dolorosas tempranas.
En 1 Corintios 6:9-10, el pecado de la homosexualidad aparece junto al robo. Así como no hay excusa genética para robar, tampoco la hay para la homosexualidad. El ambiente, la cultura y la decisión hacen de uno un ladrón, y los mismos factores hacen de uno un homosexual.
Cristo murió por los homosexuales. Dios ama a las personas de todas las orientaciones sexuales, al igual que ama a todos los pecadores. La Biblia dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). Jesucristo "es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero" (1 Juan 2:2, NBLA). El Evangelio de Cristo "es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Romanos 1:16). Solo en Cristo encontramos la fuente definitiva de sanidad, restauración, perdón y consuelo. Él es el camino por el que todos podemos experimentar el amor, el valor y la aceptación incondicionales de nuestro Padre celestial.
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