Pregunta
¿Qué significa "¿cómo oirán sin haber quien les predique"? (Romanos 10:14)
Respuesta
Romanos 10:14 resalta el papel crucial de la evangelización: "¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?" (NBLA). Esta pregunta, central en la vida de Pablo, debería encender en nosotros el deseo de compartir las buenas nuevas con amigos incrédulos, compañeros de trabajo y cualquiera que esté dispuesto a escuchar. La pregunta retórica de Pablo subraya el hecho de que las personas no escucharán el Evangelio a menos que se les predique, un concepto que concuerda con la Gran Comisión de Mateo 28:18-20.
La importancia de la evangelización se hace más evidente al considerar el versículo anterior: "porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Romanos 10:13, citando a Joel 2:32). Invocar el nombre de Jesús implica no solo pronunciar Su nombre, sino volverse a Cristo con fe. Anteriormente, Pablo había expresado su tristeza por el hecho de que sus compatriotas judíos rechazaran a Cristo y trataran de ganarse la salvación cumpliendo la ley (versículos 1-3). Esto demuestra la importancia de su misión: para que sus compatriotas abracen la fe en Cristo, deben oír hablar de Él, una tarea encomendada a los predicadores. De ahí que Pablo declare con entusiasmo: "¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (versículo 15, citando a Isaías 52:7).
Para Pablo, predicar el Evangelio es vital, aunque se haga con motivos equivocados. Mientras estaba en prisión, escribió: "Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún" (Filipenses 1:15-18).
El Evangelio debe darse a los que no lo han oído, porque el Evangelio tiene el potencial de alterar el destino eterno de sus oyentes: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá" (Romanos 1:16-17). Nadie puede salvarse sin el Evangelio, y nadie puede conocer la justicia de Dios sin el Evangelio. Debe haber predicadores, misioneros y otros enviados de entre los que conocen y viven la fe de Cristo.
Vale la pena señalar que Pablo no está limitando la labor de evangelización a pastores y líderes religiosos. Cada cristiano está llamado a cumplir la Gran Comisión, independientemente de su ubicación, descripción de trabajo o ingresos. Desafortunadamente, el evangelismo en nuestro mundo moderno se considera una molestia en el mejor de los casos y un crimen en el peor. Incluso entre los cristianos, la visión pluralista del mundo hace que muchos se pregunten si la evangelización es necesaria o incluso moral. Después de todo, hay gente decente en otros sistemas de creencias, incluido el ateísmo. Sin embargo, esta visión anula dos verdades fundamentales: que los sistemas de creencias se contradicen y que el Evangelio no trata de que la gente decente vaya al cielo. Más bien, el evangelio es acerca de Dios transformando a las personas pecadoras para hacerlas verdaderamente decentes.
Debemos evangelizar con gentileza y respeto (1 Pedro 3:15-16), usando palabras amables (Colosenses 4:6), reconociendo que Dios está obrando para atraer a la gente a Cristo (Juan 12:32). Un mundo perdido debe oír las buenas nuevas sobre Jesús, pero nadie las oirá sin quien les predique.
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¿Qué significa "¿cómo oirán sin haber quien les predique"? (Romanos 10:14)