Pregunta
¿Cómo y por qué deberíamos orar por nuestros líderes?
Respuesta
El concepto de orar por nuestros líderes no es exclusivo de las naciones democráticas, y no comenzó con el Día Nacional de Oración de los Estados Unidos. La Biblia contiene muchos mandatos para orar por nuestros líderes, tanto nacionales como locales, seculares y religiosos.
Pablo escribió en 1 Timoteo 2:1-4, "Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad". Dios le dijo a los israelitas en el exilio que oraran por Babilonia: "Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz" (Jeremías 29:7). Romanos 13:1 dice: "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas". Pablo pidió oración "por todos los santos" y por él mismo para que pudiera predicar el evangelio con valentía (Efesios 2:18-20).
La oración es importante. Y parece que la Biblia hace una mención especial de orar por aquellos en posiciones de autoridad. Estas autoridades incluyen funcionarios del gobierno (internacional, nacional y local), pastores, ancianos de la iglesia, juntas escolares, directores de escuelas, empleadores y similares.
No oramos por nuestros líderes simplemente porque se nos ordena hacerlo. Orar por ellos tiene sentido práctico. Nuestros líderes pueden afectar las condiciones en las que vivimos y tener un impacto en nuestras familias, nuestras iglesias, nuestros lugares de trabajo, nuestras ciudades y nuestros países. Cuando aquellos en autoridad están obedeciendo la voluntad de Dios, es más fácil vivir "quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad" (1 Timoteo 2:2). Cuando los hombres malvados están en el poder, nuestras oraciones por ellos son igualmente necesarias, como lo ilustran las últimas palabras de William Tyndale mientras era quemado en la hoguera: “Señor, abre los ojos del rey de Inglaterra".
Además, no oramos por nuestros líderes solo para nuestro propio beneficio. El liderazgo puede ser una tarea agotadora. Santiago 3:1 dice: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación". Los líderes llevan un grado de responsabilidad hacia sus seguidores. A menudo son el blanco de críticas y los referenciales en una crisis. Si están liderando bien, están viviendo sus vidas en servicio. Oramos por ellos porque reconocemos la grandeza de su tarea y porque estamos agradecidos por su disposición para liderar.
¿Entonces, cómo deberíamos orar por nuestros líderes? Primero, si no estamos seguros de que conozcan a Jesús, deberíamos orar por su salvación. Pero ya sean o no nuestros líderes cristianos, deberíamos orar para que Dios los guíe mientras nos guían a nosotros. Deberíamos orar para que sean sabios y discernidores y estén rodeados de asesores útiles. Sabemos que Dios ha puesto a nuestros líderes en autoridad sobre nosotros (Romanos 13:1), y podemos pedirle que los use como Él quiera. También deberíamos orar por su protección. Al orar por pastores o líderes de ministerios, podemos orar para que tengan fortaleza en medio de la guerra espiritual y permanezcan alentados en el Señor. Podemos orar por sus familias, que a menudo se sienten examinadas y cargan con una carga adicional.
En resumen, deberíamos mencionar a nuestros líderes ante Dios en oración y pedirle que actúe en sus corazones, que apoye a los que los rodean y que utilice su liderazgo para el beneficio de sus seguidores.
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