Pregunta
¿Cómo eran las personas en la Biblia?
Respuesta
Hay algunas descripciones básicas de algunas personas en la Biblia. Hay varias mujeres, por ejemplo, que son llamadas "muy hermosas": Sara, Raquel, Rebeca, Betsabé, Abisag, Tamar, Vasti y Ester. Lea es descrita como de aspecto ordinario, en contraste con su hermana Raquel, quien "era de lindo semblante y de hermoso parecer" (Génesis 29:17).
También hay descripciones físicas de hombres. Tenemos descripciones de la ropa de Elías y de Juan el Bautista en 2 Reyes 1:8 y Mateo 3:4. A Esaú se le describe como peludo y pelirrojo (Génesis 25:25). David se describe como "rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer" (1 Samuel 16:12). Sansón y Absalón tenían el pelo largo (Jueces 16:17; 2 Samuel 14:26). La apariencia de Pablo era “poco impresionante” (2 Corintios 10:10, NBLA). Saúl era alto (1 Samuel 10:23); Zaqueo era bajo (Lucas 19:3).
Por supuesto, todas estas descripciones son bastante básicas y no dan una imagen detallada de la persona descrita. La Biblia proporciona una descripción general a veces para ayudar a explicar otra cosa en la narrativa (por ejemplo, es importante para nosotros saber que Zaqueo era bajo, por lo que entendemos por qué subió a un árbol). El enfoque de la Biblia siempre está en el corazón del hombre, no en su apariencia externa.
El personaje principal de la Biblia es Jesucristo, pero lo único que sabemos sobre la apariencia de Jesús es que “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos” (Isaías 53:2). Muy poco descriptivo. Hay una descripción no literal de Jesús en Apocalipsis 1:12-16, pero obviamente es figurativa. Los ojos de fuego ardiente, los pies de bronce bruñido, y la espada que sale de su boca sugieren omnisciencia, poder y juicio.
Es bueno que no sepamos cómo era Jesús. Dios, que hace bien todas las cosas, eligió no informarnos sobre la apariencia física de Jesús.
Si tuviéramos una descripción actual de la apariencia humana de Jesús, y con la naturaleza humana siendo lo que es, enfrentaríamos muchos otros peligros espirituales. Veríamos idolatría desenfrenada: las personas estarían haciendo imágenes de Jesús para "adorarlo" mejor. Veríamos modificaciones corporales desenfrenadas: las personas estarían cambiando su color de piel y sometiéndose a cirugía plástica para tener la nariz de Jesús, la barbilla, etc. Y, lo que es peor, estos comportamientos sectarios se harían en nombre del "cristianismo". (Algunas personas religiosas ya luchan con la idolatría, rezando a imágenes de Jesús, incluso sin saber cómo era él.)
Nosotros, los humanos, tendemos a centrarnos en los aspectos externos (1 Samuel 16:7) y a pasar por alto el punto principal de conocer a Dios. Vivimos en un mundo que otorga un alto valor a las apariencias, pero la Biblia nos advierte que “engañosa es la gracia, y vana la hermosura” (Proverbios 31:30). El Señor busca un espíritu "quebrantado y humilde" (Isaías 57:15), y se nos llama a "porque por fe andamos, no por vista" (2 Corintios 5:7).
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