Pregunta
¿Qué quiere Dios que haga?
Respuesta
Por diversas razones, nos preguntamos qué quiere Dios que haga. Puede que nos enfrentemos con una gran decisión en la vida y queramos realmente seguir el plan de Dios. O puede que estemos buscando a Dios y creamos que debemos seguir unos pasos o unas reglas para encontrarlo. O puede que nos preguntemos: "¿Qué quiere Dios que haga?" ya que no podemos encontrar el propósito o el sentido de nuestras vidas y suponemos que Dios nos lo está ocultando. Sea cual sea la motivación de la pregunta, la Biblia tiene respuestas cuando nos preguntamos qué quiere Dios que hagamos.
Cuando te preguntes qué quiere Dios que haga, recuerda que no somos cosas humanas. Fuimos creados a imagen de Dios como seres humanos para comunicarnos y caminar en armonía con Él (Génesis 1:27). El hacer es el resultado del ser. Los pájaros cantan porque son pájaros; no cantan para convertirse en pájaros. Cantan, vuelan y empluman sus nidos por lo que son. Por eso, lo que Dios quiere realmente es que todas nuestras acciones emanen de nuestro ser. No le interesan las acciones de mala gana que no tienen conexión con nuestro corazón (Salmo 51:16-17; 1 Samuel 15:22; Miqueas 6:6-8). Todo lo que hagamos por Dios debe provenir del amor, la adoración y una entrega total (Oseas 6:6; 12:6).
Lo primero que Dios quiere que hagamos es aceptar Su oferta de salvación. Estamos perdidos en nuestro pecado y no podemos ser lo suficientemente buenos para vencer nuestro pecado y entrar en Su presencia. Es por eso que Jesús vino al mundo para recibir el castigo que merecemos (2 Corintios 5:21). Cuando ponemos nuestra fe en la muerte y resurrección de Cristo, podemos cumplir nuestro propósito de conocer y glorificar a Dios (Romanos 6:1-6). Dios se encarga de transformarnos para que nos parezcamos más a Jesús (Romanos 8:29). Así que la primera respuesta a la pregunta ¿qué quiere Dios que haga? es recibir a Su Hijo, Jesús, como Señor y comenzar el caminar de la fe.
Después de ser salvos, lo que Dios quiere que hagamos es "crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 Pedro 3:18). Cuando Dios nos adopta en Su familia (Romanos 8:15), comenzamos una nueva relación con Él que afecta todas las áreas de nuestra vida. En lugar de tomar decisiones para complacernos a nosotros mismos, tomamos decisiones que agraden al Señor (2 Corintios 10:31). Esas decisiones tendrán el apoyo de la Biblia, se afirmarán mediante un consejo sabio y se pondrán en práctica mediante el poder del Espíritu Santo (Gálatas 5:16, 25).
Una lista rápida de las cosas que Dios quiere que hagamos se encuentra en Miqueas 6:8, que dice: "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios".
Actuar con justicia requiere que vivamos con un sentido del bien y del mal y que tratemos con honestidad y equidad a quienes nos rodean. Jesús dijo que no debemos juzgar por las apariencias, "sino con justo juicio" (Juan 7:24). Para hacer lo que Dios quiere que hagamos, debemos dar a cada uno lo que le corresponde, debemos vivir con la verdad y nunca debemos oprimir o explotar a nadie. Debemos tratar a los demás con la misma justicia con la que nos gustaría ser tratados (Mateo 7:12).
Amar la misericordia significa que damos otra oportunidad a alguien que no la merece. Para hacer lo que Dios quiere que hagamos, debemos seguir el ejemplo de Jesús en cuanto a la misericordia; Él estaba dispuesto a mostrar misericordia hacia cualquiera que se arrepintiera (Juan 8:10-11; Lucas 23:42-43). Al igual que Jesús, debemos perdonar a los que pecan contra nosotros (Mateo 18:23-35). Debemos alegrarnos cuando alguien recibe misericordia, recordando cuánta misericordia nos ha mostrado Dios (Lucas 6:35-36).
Caminamos humildemente con nuestro Dios buscando Su bendición y aprobación en las decisiones de nuestra vida. Dios no se convierte en una mera parte de nuestra vida, Él ES nuestra vida (Gálatas 2:20). Para hacer lo que Dios quiere que hagamos, crecemos en nuestra fe, y seguimos entregando más y más áreas de nuestra vida a Su control. Diariamente nos negamos a nosotros mismos, tomamos nuestras cruces y lo seguimos (Lucas 9:23). Sólo cuando confesamos nuestros pecados (1 Juan 1:9) y nuestras vidas están libres de idolatría, mundanalidad y compromiso (1 Juan 5:21) podemos caminar humildemente con nuestro Dios.
Dios quiere que impactemos nuestro mundo con Su mensaje, el evangelio. Jesús respondió a la pregunta ¿qué quiere Dios que haga? justo antes de ascender al cielo. Sus palabras las llamamos la Gran Comisión: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19-20). Hacemos discípulos cuando invertimos en las vidas de otras personas todo lo que Dios nos ha dado, para que ellas también lleguen a ser todo lo que fueron creadas para ser. Cuando nos centramos en lo que somos en Cristo y estudiamos las Escrituras, sabremos lo que Dios quiere que hagamos.
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¿Qué quiere Dios que haga?
