Pregunta
¿Viene la regeneración antes de la fe?
Respuesta
La regeneración es el acto de Dios en el cual una persona espiritualmente muerta se vuelve espiritualmente viva. La regeneración es la experiencia de "nacer de nuevo" mencionada en Juan 3:3. La pregunta es cuándo ocurre la regeneración. ¿Es la regeneración un resultado de la salvación o produce la regeneración en la salvación?
A primera vista, este tema puede parecer intrascendente. Pero en realidad es uno de los principales desacuerdos en el debate entre el calvinismo y el arminianismo. Para un calvinista, si Dios no regenera primero a las personas antes de que confíen en Cristo como Salvador, esa fe es algo que las personas han producido por su cuenta, haciendo que la salvación dependa de ellas en lugar de Dios. Para un arminiano, si Dios debe regenerar a las personas para que puedan creer, no hay un libre albedrío genuino y el llamado a creer es inútil.
Para el calvinista, Efesios 2:1 es clave: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”. Sin Cristo, las personas están espiritualmente muertas. Los muertos no pueden hacer nada. Una persona espiritualmente muerta no puede hacer nada para remediar esa situación, así como una persona físicamente muerta no puede salir de una tumba. Por lo tanto, Dios debe regenerar a las personas, haciéndolas espiritualmente vivas, antes de que puedan confiar en Cristo como Salvador (Juan 3:8).
Para el arminiano, todos los llamados bíblicos para creer en Cristo como Salvador son clave (por ejemplo, Juan 3:16; Hechos 16:31). Si las personas son incapaces de creer sin que Dios primero las regenere, los llamados bíblicos a creer son inútiles. Dios no manda a las personas a hacer lo que nos son capaces de hacer. Llamar a la gente para creer en Cristo cuando no son capaces de hacerlo por sí mismos, y luego juzgarlos por su falta de fe, sería injusto e injusto. Además, si Dios debe regenerar a las personas para que tengan fe, esencialmente “instalando” la fe en las personas, Dios estaría obligando a las personas a la salvación.
Entonces, ¿la regeneración viene antes de la fe? Juan 6:44 dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero”. Segunda de Corintios 4:4 declara, “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Es innegable que Dios debe hacer algo para permitir que las personas crean. Como mínimo, Dios debe atraer a las personas a Cristo y abrir sus ojos.
La pregunta sigue siendo, sin embargo, ¿debe Dios regenerar a las personas, es decir, salvarlas, antes de que puedan creer? ¿Es posible que Dios pudiera permitir a las personas creer sin regenerarlas? ¿Podría Dios atraer a las personas, deshacer su ceguera, ablandar sus corazones, abrir sus mentes, haciéndoles posible creer, sin realmente regenerarlas? Para el arminiano, la respuesta es sí, y esto se conoce como la gracia preveniente.
De nuevo, para el calvinista, Efesios 2:1 es el factor decisivo. Es imposible atraer, descegar, ablandar o abrir la mente de los muertos. Dios debe hacer que las personas estén vivas, regenerarlas, antes de que puedan creer. Los arminianos creen que los calvinistas están llevando demasiado lejos la analogía entre las personas físicamente muertas y las espiritualmente muertas. Sostienen que estar espiritualmente muerto sólo significa que las personas no pueden acercarse a Cristo por cuenta propia y que estar espiritualmente muerto no es 100% análogo a ser un cadáver.
Este tema ha sido fuertemente debatido durante cientos de años. Este artículo no lo resolverá. Es absolutamente claro de acuerdo a la Biblia que Dios debe hacer un trabajo en las personas antes de que puedan creer. La extensión de ese trabajo es debatible. Los calvinistas tal vez sobreestiman lo que Dios debe hacer antes de que las personas puedan creer. Los arminianos tal vez subestimen lo que significa estar espiritualmente muerto.
El punto clave es que Dios debe hacer una obra milagrosa en la vida de las personas antes de que sean capaces de creer en Cristo para la salvación. Como resultado, toda la gloria pertenece a Dios (Romanos 11:36). En esto, los calvinistas y los arminianos están de acuerdo, incluso si ellos no lo creen.
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