Pregunta
¿Qué significa Salid de en medio de ellos (2 Corintios 6:17)?
Respuesta
Segunda de Corintios 6:17 dice: "Por lo tanto, salgan de entre los incrédulos y apártense de ellos, dice el Señor. No toquen sus cosas inmundas, y yo los recibiré a ustedes" (NTV). La cláusula salid de en medio de ellos hace referencia a un pasaje de Isaías.
Isaías 52:11 habla de los israelitas que regresan del exilio en Egipto. (Cuando cayó Jerusalén, gran parte del pueblo fue llevado a Babilonia, pero algunos huyeron a Egipto, pensando que allí estarían a salvo. Jeremías les advirtió que no lo hicieran, pero aun así muchos se fueron a Egipto, y se llevaron a Jeremías con ellos en contra de su voluntad. Ver Jeremías 42-43). En Isaías 52, Dios promete llevar de vuelta a la Tierra Prometida a los descendientes que descendieron a Egipto. La orden de "salid de en medio de ellos" también es un llamado efectivo. Se le ordena al pueblo de Israel que abandone cualquier hábito pagano que hubiera adquirido en Egipto y que regrese a la Tierra Prometida; y al mismo tiempo, es una promesa de que Dios será quien los traiga de vuelta cuando llegue el momento oportuno.
Pablo cita este pasaje de Isaías en referencia a la iglesia de Corinto. Está usando palabras ya conocidas y dándoles un nuevo significado en un nuevo contexto. Así como los israelitas en el exilio debían desechar cualquier idolatría que pudieran haber adquirido mientras vivían en Egipto, así los creyentes corintios deben dejar a un lado la idolatría y la inmoralidad sexual en la que estaban impregnados por el hecho de vivir en Corinto. Deben estar separados del pecado del mundo.
Precediendo a 2 Corintios 6:17, Pablo les dice: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos" (versículo 14). Con frecuencia lo aplicamos a un creyente que se casa con un incrédulo, aunque tiene una aplicación mucho más amplia. En el contexto de la iglesia de Corinto, al parecer tenía que ver con la participación en la idolatría.
Para justificar la prohibición de unirse en yugo con no creyentes, Pablo formula una serie de preguntas retóricas. La respuesta implícita a todas ellas es un gran ¡NADA!:
"¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia?" (2 Corintios 6:14).
"¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" (versículo 14).
"¿Y qué concordia Cristo con Belial [el diablo]?" (versículo 15).
"¿O qué parte el creyente con el incrédulo?" (versículo 15).
"¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?" (versículo 16).
Esta última pregunta llega al meollo del problema. Si no hay comunión entre el templo de Dios y los ídolos, entonces el cristiano no debe tener nada que ver con la adoración de ídolos: "Porque vosotros sois el templo del Dios viviente" (2 Corintios 6:16). Luego, para apoyar aún más la idea de que los cristianos son el templo de Dios, Pablo cita Levítico 26:12, al que también aluden Jeremías 32:38 y Ezequiel 37:27: "Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo" (2 Corintios 6:16). El templo de Dios es donde Dios mora, y Él dice que morará entre Su pueblo, convirtiéndolo en el templo.
Puesto que los creyentes son de hecho el templo de Dios, Pablo concluye: "Salid de ellos y apartaos. . . . No toquéis cosa inmunda, y yo os recibiré". Se supone que los cristianos deben separarse de la adoración de ídolos cualesquiera que sean.
El concepto de "separación" se convirtió en una de las principales enseñanzas del cristianismo fundamentalista en los Estados Unidos en el siglo XX. Hubo un gran enfoque en "salir y estar separados" del mundo de muchas maneras, algunas de las cuales no estaban justificadas por las Escrituras. A muchos cristianos se les enseñaba que debían separarse de todo lo que se pareciera a lo que hacía "el mundo": se prohibía ir al cine, jugar a las cartas y bailar.
La amonestación bíblica de 2 Corintios 6:17 no es tan amplia. Pablo quiere que los creyentes se mantengan separados de la adoración de ídolos en todas sus formas, pero en ningún momento pide una completa separación de los idólatras paganos, a quienes deberían intentar ganar para Cristo. Pablo aclara el tema de la separación en 1 Corintios 5:9-11: "Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis".
Sí, el Señor quiere que Su pueblo "salga de en medio de ellos y se separe". Eso significa, primero, que deberíamos estar separados de participar en el pecado. En segundo lugar, debemos estar separados de los creyentes que profesan vivir en pecado. Además, los cristianos están llamados a no involucrarse en relaciones difíciles con los incrédulos, lo cual los llevaría a comprometerse (y por lo tanto a ser "yugo" con un incrédulo). En contraposición, la Biblia nos dice que no podemos alejarnos completamente del mundo de los incrédulos, ya que perderíamos toda influencia. En Estados Unidos, si el siglo XX se caracterizó porque los creyentes estaban tan separados del mundo que no había suficiente interacción con él, el siglo XXI puede caracterizarse porque los cristianos están tan involucrados con el mundo que es difícil distinguir entre ambos. En ambos casos, se entorpece el evangelismo. Debe haber un equilibrio que no se puede resumir en una lista de "lo que se debe y lo que no se debe hacer". Cada cristiano tiene que decidir si está influyendo en el mundo o si el mundo está influyendo en él, y tomar decisiones al respecto.
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¿Qué significa Salid de en medio de ellos (2 Corintios 6:17)?