Pregunta
¿Qué significa ser teocéntrico?
Respuesta
Ser teocéntrico significa vivir de una manera que pone a Dios en el centro de la vida o hace de Él el foco principal de la vida. Ser teocéntrico es estar "centrado en Dios". Una vida teocéntrica se vive en el entendimiento de que todas las cosas fluyen "de él, y por él, y para él" (Romanos 11:36). Por el contrario, una vida antropocéntrica pone al hombre en el centro. El existencialismo pone la existencia en el centro—solo vivir ya tiene sentido—pero el teocentrismo señala a Dios como el sentido y la motivación definitiva de lo que hacemos; Dios nos da nuestra identidad y nuestro propósito. Como afirma la Confesión de Westminster: "El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre". Este es un punto de vista teocéntrico.
Es racional creer que los seres finitos y limitados pueden encontrar la mayor satisfacción cuando se centran en el Dios infinito e ilimitado. En tiempos de nuestra debilidad, encontramos fortaleza (2 Corintios 12:9); en tiempos de carencia espiritual, encontramos plenitud (Mateo 5:6). Y la fuente nunca se seca, porque Dios mismo es eterno. Poner a Dios en el centro de nuestras vidas—vivir teocéntricamente—da naturalmente un sentido eterno a una existencia humana finita. El teocentrismo tiene lo que el existencialismo y el antropocentrismo no tienen: un enfoque que va más allá de la vida que vemos a nuestro alrededor. Vivir una vida con Dios en el centro fomenta virtudes como la misericordia, la paz, la humildad, el desinterés y el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, si uno está convencido de que experimentar esta vida es todo lo que hay, el objetivo se convierte en ganar y experimentar todo lo posible, lo antes posible. Por desgracia, vivir para el momento suele conducir a la miseria en forma de adicciones, embarazos no deseados, relaciones rotas y otros remordimientos. Vivir por objetivos humanistas, antropocéntricos, también tiene sus problemas: si el avance del hombre es el bien supremo, los líderes ambiciosos pueden justificar casi cualquier cosa para garantizar el progreso de la humanidad, incluso, irónicamente, el genocidio y la limpieza étnica.
Sin duda, en las Escrituras se promueve una vida teocéntrica. Dios, el Autor de la vida, merece ser el centro de nuestra existencia. Y Dios nos asegura que la felicidad se encuentra manteniéndolo a Él en el centro. El hombre que se deleita en la ley de Dios y medita en ella es bienaventurado "como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo y su hoja no se marchita" (Salmo 1:3, NBLA). El hombre que cree en Cristo tendrá "ríos de agua viva" fluyendo de su corazón (Juan 7:38). Como sarmientos de una vid, cargados de uvas, los que "permanecen" en Dios dan mucho fruto (Juan 15:5). En la presencia de Dios hay "plenitud de gozo" y "delicias para siempre" (Salmo 16:11). Cuando caminamos por el Espíritu de Dios, guiados por Él, mostramos naturalmente el fruto de Su Espíritu, que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Un creyente que vive una vida teocéntrica es descrito como limpio de todo lo que es deshonroso, como una hermosa vasija de plata, útil al dueño de una gran casa (2 Timoteo 2:21). Desde cualquier punto de vista, una vida teocéntrica es una buena manera de vivir.
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¿Qué significa ser teocéntrico?
