Pregunta
¿Qué es la teoría psicoanalítica y está acorde con la Biblia?
Respuesta
La psicología y el asesoramiento bíblico han tenido un historial de oposición. Sin embargo, existen consejeros cristianos que utilizan ciertas técnicas encontradas en las teorías psicológicas a la vez que ofrecen asesoramiento bíblico. La clave es evaluar críticamente la teoría psicológica en comparación con la verdad de la Biblia para determinar lo que puede ser útil y lo que claramente se opone a Dios. Debemos “probar los espíritus,” por así decirlo (1 Juan 4:1). La psicología es un campo vasto y un consejero cristiano tendrá que examinar una variedad de teorías psicológicas. Lo siguiente es una revisión de la teoría psicoanalítica. Por favor, consulte nuestros otros artículos para las revisiones de otras teorías psicológicas comunes.
Explicación de la Teoría Psicoanalítica
La teoría psicoanalítica es, en muchos aspectos, la primera teoría psicológica. Desarrollada por el neurólogo austriaco Sigmund Freud y objetivo de muchas referencias de la cultura pop, ha tenido un impacto duradero en el campo de la psicología. La teoría ha servido como base para construir muchas otras teorías psicológicas, pero en sí misma ya no se utiliza ampliamente.
La teoría psicoanalítica sostiene que el comportamiento humano está determinado, en gran medida, por el inconsciente y los instintos primitivos. Freud habló de la libido, a la cual luego expandió a instintos vitales y a la muerte. También originó los conceptos del ello, el yo y el superyó. El ello es la parte de la psique consistente en instintos biológicos y gobernada por el placer. A menudo se piensa en ella como exigente, egoísta y necesitada. El yo es la porción psicológica de la personalidad que está regida por la realidad. Se le encarga controlar el ello y proporciona racionalidad e inteligencia a la personalidad. El superyó es el aspecto moral de la personalidad, similar a la conciencia. Freud propuso que el código moral del superyó es una internalización de los valores de los padres y la sociedad. El superyó se esfuerza por la perfección y alberga las emociones de orgullo y culpa. Freud habló de la energía psíquica compartida entre los tres aspectos de la personalidad; el comportamiento humano es el resultado de cómo se comparte esta energía.
Freud también habló de lo “consciente” y lo “inconsciente.” La parte inconsciente de la mente es lo que controla las respuestas automáticas y, según Freud, es la raíz de las neurosis. Ciertos tipos de ansiedad provienen del inconsciente, en gran medida como resultado de la interacción entre el ello, el yo y el superyó. Freud acuñó el término “mecanismo de defensa del yo” para referirse a cualquier cosa que las personas usen para proteger sus yos y lidiar con la ansiedad, la negación, por ejemplo, es una defensa común contra el miedo.
Freud creía que la personalidad se desarrolla en gran medida a la edad de seis años. Un niño debe atravesar una serie de etapas psicosexuales. En cada etapa hay una necesidad específica que debe satisfacerse, basada en el centro de placer del niño en esa etapa. Si la necesidad no se cumple, el niño se quedará en esa etapa y desarrollará dificultades psicológicas. Erik Erikson luego teorizó etapas psicosociales de desarrollo, en las cuales un niño debe superar varias crisis sociales. Cada etapa, una vez superada, ayuda a la socialización del niño en áreas como la confianza versus desconfianza, o identidad versus confusión de roles. Las etapas de Erikson permiten un desarrollo a lo largo de toda la vida.
Freud sugirió que la terapia debería estar enfocada en hacer consciente lo inconsciente. El psicoanálisis también intenta fortalecer el yo para que la personalidad pueda estar más basada en la realidad, dando al cliente más libertad para vivir bien. Se espera que el terapeuta sea una pizarra en blanco sobre la cual el cliente puede proyectar interrupciones en su desarrollo previo. Se considera que la perspectiva del cliente es necesaria para el cambio. Los métodos terapéuticos bien conocidos incluyen la asociación libre y la interpretación de los sueños.
Comentario Bíblico sobre la Teoría Psicoanalítica
La visión determinista de Freud sobre la humanidad es contraria a la enseñanza de la Biblia. La Escritura proclama a Jesús como el Salvador y nuestra relación con Él como transformativa. Sin embargo, Freud parecía tener una idea de la depravación del hombre. Su concepto del ello, el cual está gobernado por el placer, no es diferente a la descripción de la Biblia de la naturaleza pecaminosa (Filipenses 3:18-19; Gálatas 5:16-24; Romanos 1:24). El yo, la parte de nosotros que Freud afirmó interactúa con la realidad, es quizás esa parte del hombre que puede reconocer la revelación general de Dios y sabe que fue hecho para la eternidad (Eclesiastés 3:11; Romanos 1:20). El superyó, o la conciencia, es donde se libra la batalla entre nuestra vieja naturaleza pecaminosa y nuestra nueva naturaleza piadosa. Freud pensaba que el superyó era creado por la influencia social. Los cristianos creen que la moral viene de Dios. El objetivo del psicoanalista de hacer consciente lo inconsciente suena similar a revelar los “pensamientos e intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Sin embargo, mientras Freud afirmaba que la autoconsciencia y la fortaleza del yo son suficientes para hacernos saludables, sabemos que la verdadera salud solo proviene de Cristo y Su Palabra.
La teoría psicoanalítica trata a Dios como una ilusión, una perspectiva evidentemente no bíblica. Algunos de sus conceptos parecen útiles al describir la depravación del hombre y explicar la agitación interior de la humanidad, pero la solución de la teoría es incorrecta. No podemos obtener salud psicológica simplemente volviendo a vivir el pasado. La libertad no viene a través de la autoconsciencia, sino a través de Cristo (Juan 8:32). Además, el concepto de Freud de la salud psicológica es bastante egocéntrico y minimiza la importancia de amar a los demás. Amar a los demás es, por supuesto, básico para la salud espiritual de un cristiano (Juan 13:34). Para ser verdaderamente saludables, necesitamos que Jesús cure las heridas del pasado y realice cambios funcionales. El poder del Espíritu Santo que reside dentro es lo que trae salud, no la proyección sobre un terapeuta.
Tenga en cuenta que gran parte de esta información ha sido adaptada de Modern Psychotherapies: A Comprehensive Christian Appraisal por Stanton L. Jones y Richard E. Butman y Theory and Practice of Counseling and Psychotherapy por Gerald Corey.
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