Pregunta
¿Es pecado trabajar los domingos?
Respuesta
Trabajar el domingo no es un pecado. Trabajar el domingo no está prohibido en la Biblia. La idea de que los cristianos no deben trabajar el domingo proviene de un malentendido sobre la observancia del día de reposo en el Antiguo Testamento para los israelitas y su relación con el culto dominical para los cristianos. Según Éxodo 20:8–11, el día de reposo es el séptimo día de la semana en el que los israelitas debían descansar, recordando que Dios creó el universo en seis días y luego "descansó" el séptimo día. "Guardar el día de reposo" significaba no trabajar el sábado.
Cuando Dios proveyó maná en el desierto durante los viajes del Éxodo, ordenó que el maná se recogiera solamente durante seis días, y que el sexto día se recogiera lo suficiente para alimentar al pueblo durante el día de reposo. Recoger el maná se consideraba trabajo, al igual que plantar y cosechar. Éxodo 31:14–16 y 35:2 prescribían la muerte para cualquiera que trabajara en el día de reposo. Comprar y vender en el día de reposo también se consideraba una profanación del día de reposo (Nehemías 13:15–17). Está claro, que mantener el día de reposo "santo" requería que los israelitas dejaran de trabajar.
El día de reposo se estableció para que los israelitas descansaran de sus labores, para volver a empezar después de un día de descanso. Entonces, ¿por qué los cristianos no tienen que observar la misma ley? La clave para entender esto es ver que los diferentes aspectos del día de reposo simbolizaban la venida del Mesías, quien cumpliría la Ley al proporcionar un descanso permanente, en lugar de solo un día, para Su pueblo. Con el establecimiento de la Ley del Antiguo Testamento, los judíos estaban constantemente "trabajando" para hacerse aceptables ante Dios. Sus labores incluían tratar de obedecer todos los mandamientos de la ley ceremonial, la ley del templo y la ley del sacrificio. Por supuesto, no podían cumplir todas esas leyes, por lo que Dios proporcionó una serie de ofrendas por el pecado y sacrificios para que pudieran venir a Él en busca de perdón y restaurar la relación con Él, pero solo de forma temporal.
Así como comenzaban sus labores físicas después de un día de descanso, también tenían que seguir presentando sacrificios. Hebreos 10:1 nos dice que la ley “nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan”. Pero esos sacrificios se presentaban en anticipación del sacrificio definitivo de Cristo en la cruz, quien “habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (Hebreos 10:12). Jesús descansó después de realizar el sacrificio definitivo: terminó Su obra de expiación porque ya no había nada más que hacer. Gracias a lo que Él hizo, ya no tenemos que "trabajar" en la observancia de la Ley para ser justificados ante los ojos de Dios, y esto incluye la observancia del día de reposo. Jesús fue enviado para que descansáramos en Dios y en lo que Él nos ha dado.
Al decir: “El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27), Jesús estaba reafirmando el principio de que el descanso del día de reposo se instituyó para aliviar al hombre de sus labores, tal como Jesús vino para aliviarnos de intentar alcanzar la salvación por nuestras obras. Ya no descansamos solo un día, sino que cesamos para siempre nuestro esfuerzo de alcanzar el favor de Dios. Jesús es nuestro descanso de las obras ahora, así como Él es la puerta al cielo, donde descansaremos en Él para siempre. No existe otro descanso sabático además de Jesús. Solo Él cumple con los requisitos de la Ley y solo Él proporciona el sacrificio que expía el pecado. Él es el plan de Dios para que dejemos de trabajar en nuestras propias obras.
En Colosenses 2:16–17, el apóstol Pablo dice: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. Ya no se nos ordena dejar de trabajar el día de reposo y tampoco el domingo ahora es el "día de reposo cristiano". Aunque muchos cristianos prefieren descansar el domingo y dedicar al menos parte de él a la adoración en comunidad, trabajar el domingo no es un pecado. Muchos cristianos, como médicos y enfermeras, no tienen más opción que trabajar el domingo y, como sociedad, debemos estarles muy agradecidos. Pero los cristianos que trabajan el domingo deberían hacerlo entendiendo que la adoración no se limita a ningún día de la semana, sino que debe ser algo constante en sus vidas.
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