Pregunta
¿Vamos a trabajar / tendremos empleo en el cielo?
Respuesta
El cielo es un lugar donde los creyentes "descansarán de sus trabajos" (Apocalipsis 14:13), pero muchos se sorprenden al descubrir que en el cielo, o la vida eterna, también trabajaremos. Tendremos tareas que realizar. En la Nueva Jerusalén, el Cordero está en el trono y "sus siervos le servirán" (Apocalipsis 22:3). La idea de que el cielo es un lugar donde descansamos en las nubes, tocando el arpa, no proviene de la Biblia.
La idea de trabajar en el cielo puede resultar desagradable para algunos, especialmente para aquellos que han pasado sus vidas en la rutina laboral. Pero el "trabajo" en el cielo será muy diferente a nuestro trabajo acostumbrado en este mundo. Nuestro trabajo en la eternidad será simplemente servir al Señor. Y estaremos en un ambiente perfecto.
Dios nos creó para trabajar. Desde el principio, los humanos fueron diseñados por el Señor para trabajar; incluso antes de la caída, Adán tenía un trabajo, ya que Dios lo colocó en el jardín "para que lo labrara y lo guardase" (Génesis 2:15). Las mujeres también fueron diseñadas para trabajar, ya que Dios creó a Eva para ser la "ayuda idónea" de Adán (Génesis 2:20). Antes de la caída, el trabajo que Dios le dio a Adán y Eva era gratificante, revitalizante y les daba un sentido de propósito. Solo después de la llegada del pecado en el mundo es que el trabajo del hombre se volvió difícil (Génesis 3:17–19). Así que, aunque el trabajo es bueno, el "trabajo con dolor" que experimentamos hoy en día es el resultado de vivir en un mundo caído.
Incluso en nuestro mundo pecaminoso, el trabajo es honroso y aún tiene la capacidad de brindar propósito y satisfacción. El problema es que muchas cosas pueden interponerse en el disfrutar de un trabajo: problemas interpersonales, mala gestión, exigencias poco realistas, fatiga física o mental, etc. En cambio, el trabajo en el cielo será agradable y satisfactorio. No habrá conflictos interpersonales, expectativas poco realistas, fatiga, y tendremos al Gerente perfecto.
Otra razón por la que creemos que trabajaremos en el cielo es que Dios se describe a Sí mismo como un trabajador. Cuando los fariseos le preguntaron por qué, en su opinión, estaba violando el sábado, Jesús respondió: "Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo" (Juan 5:17). La idea de que los hijos de Dios trabajen en el cielo no debería sorprendernos, ya que el Señor mismo trabaja, y "seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2).
Los creyentes tendrán trabajos en el cielo, al igual que los ángeles tienen tareas especiales que realizan en adoración y alabanza. Los ángeles son "ministros" que cumplen la voluntad de Dios (Hebreos 1:7). El ángel que habló con Juan se llamó a sí mismo "consiervo tuyo" (Apocalipsis 22:9). No hay ángeles sin trabajo en el cielo, y tampoco habrá santos sin trabajo.
En nuestro mundo actual, tenemos este mandato: "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres" (Colosenses 3:23). El trabajo que los cristianos realicen en el cielo tendrá el mismo objetivo: ser un acto de adoración que glorifique al Señor. La diferencia será que, en la eternidad, el trabajo que Dios ha preparado para nosotros será instantáneamente gratificante, constantemente refrescante y perfectamente adecuado para lo que fuimos creados.
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