Pregunta
¿Fue un error de traducción agregar la palabra homosexual a la Biblia en 1946?
Respuesta
Términos como homosexual no aparecieron en las Biblias en español hasta el siglo XX. Aquellos que afirman que las Escrituras no condenan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo lo hacen notar con énfasis. Algunos, como los creadores de la película de 2022, 1946: La Mala Traducción Que Cambió la Cultura, señalan 1946 como el año en que se utilizó por primera vez la palabra homosexual; esas traducciones eventualmente se convirtieron en la Versión Estándar Revisada. Una forma de esta crítica sugiere que los cristianos comenzaron a condenar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo solo después que palabras como homosexual se publicaran en las Biblias. La implicación es que los traductores modernos insertaron inapropiadamente el concepto: que antes de 1946 nadie pensó que las Escrituras criticaban las relaciones sexuales homosexuales.
Tales argumentos son profundamente erróneos. La pregunta de qué palabra circulaba en el mundo antiguo es distinta de si los antiguos entendían dichas acciones. El lenguaje y la historia proporcionan una evidencia consistente y fuerte de que siempre se entendió que las Escrituras condenaban los actos físicos asociados con el término moderno homosexual. La Biblia no confunde la pedofilia con la homosexualidad, como algunos sostienen. La Biblia tiene las mismas amplias prohibiciones contra la desviación sexual en el Antiguo y el Nuevo Testamento. En varios pasajes, el texto incluye específicamente el concepto de relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Imaginemos a un caballero medieval reprendiendo a su escudero por sermonear en tono condescendiente a una anciana costurera sobre costura. El español moderno podría resumir ese encuentro del siglo XIII como: "El caballero reprendió a su escudero por machista sabelotodo". La palabra machista sabelotodo se refiere a un hombre que presume de hablarle a una mujer sobre su propia área de especialización, como si él supiera más que ella. Sin embargo, este término solo apareció en español alrededor de 2008. Sería absurdo, sobre la base de que la palabra no existía en la Edad Media, afirmar que el caballero no podría haber pensado que el machista sabelotodo estaba mal. Sin embargo, esto es exactamente cómo los críticos modernos intentan interpretar la ausencia de la palabra homosexual en las Biblias en español antes de 1946.
Las expresiones verdaderamente "nuevas" surgen para nombrar algo recién descubierto o para resumir una idea recurrente. Palabras como vacuna, radar, microprocesador, queso crema y submarino fueron acuñadas para identificar algo previamente no identificado. Esas palabras identifican cosas que eran eficazmente desconocidas, incluso inexistentes, en culturas anteriores. Decir que los escritos antiguos no pueden comentar directamente sobre la eficacia de las vacunas o la ética de las redes sociales es razonable solo en la medida en que esas ideas eran totalmente desconocidas.
Sin embargo, algunas palabras nuevas son simplemente formas novedosas de denotar conceptos antiguos. Durante miles de años, las personas sabían que las ideas podían difundirse rápidamente dentro de una sociedad. El uso de símbolos y caricaturas comúnmente entendidos estaba bien establecido. La tecnología floreció a finales del siglo XX, haciendo que la rápida propagación de ideas fuera un punto de discusión común. Richard Dawkins fue el primero en utilizar el término meme en 1976. Posteriormente, la palabra vino a significar "una imagen que se difunde rápidamente en Internet".
Sugerir que no existía el concepto de reutilizar ciertas palabras e imágenes como comentario antes de 1976 sería absurdo. Lo mismo sería afirmar que, hasta que la palabra meme apareció en la prensa, nadie tenía la noción de que las ideas podían difundirse rápidamente. La palabra meme tomó su forma actual solo después del cambio de siglo del XXI. Sin embargo, hacer referencia rápida a ideas juntando palabras e imágenes era una práctica bien establecida mucho antes. Los memes de Internet completamente desarrollados, tal como se conocen actualmente, no existían antes de finales de 1990. Pero el término meme no está del todo mal cuando se describe a personajes como Uncle Sam y Alfred E. Neuman o grafitis como "Kilroy estuvo aquí" o "para pasar un buen rato, llame a...".
Los escritores en las épocas bíblicas no categorizaban la orientación sexual exactamente como lo hace la cultura moderna. Sin embargo, obviamente entendían los actos físicos en cuestión. Las frases bíblicas son deliberadamente amplias, en cuanto a que reprenden claramente el contacto erótico entre personas del mismo sexo. Los reinterpretadores modernos pueden tergiversar los contextos y presentar excepciones específicas para cada pasaje con el fin de sugerir lo contrario. La necesidad de tal esfuerzo muestra cuán clara y consistentemente las Escrituras presentan la misma verdad.
La postura histórica constante tanto del Judaísmo como del Cristianismo demuestra aún más esta interpretación. Hasta hace muy poco, casi nadie negaba que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento definen las conductas del mismo sexo como inmorales. El tema en cuestión no forma parte de una tenebrosa profecía. No requiere una perspectiva científica avanzada para comprenderla en su totalidad. No depende de metáforas profundas o simbolismos. "No hagas tal y tal cosa con tu cuerpo" está bien dentro de la comprensión de cualquier época de la historia. Argumentar que solo aquellos que viven en la era moderna pueden entender correctamente ese concepto es absurdo.
Definiciones conceptuales como "orientación sexual" son relativamente nuevas. Esto no significa que las personas con varias orientaciones-según-se-definen-hoy nunca existieron. De forma parecida, la palabra moderna neurodivergente se refiere a personas con condiciones como el autismo. La palabra puede ser nueva, pero la realidad que denota no lo es. Irónicamente, el hecho de que los autores bíblicos carecían de definiciones modernas para la orientación sexual contrarresta las afirmaciones de que, porque no usaban una palabra específica, no podían tener parte de la idea en mente. Si el origen reciente de la palabra homosexualidad es una prueba de que la Biblia no la condena, lo mismo podría aplicarse al racismo o a la misoginia. Palabras como homosexualidad no formaban parte del idioma español en absoluto hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, lo que describen las palabras era parte de la experiencia humana antes del uso humano de ciertas sílabas.
La palabra meme no se utilizó hasta el final del siglo XX. Pero las nociones de imágenes duplicadas e ideas que se difunden rápidamente preceden a la expresión. Machista sabelotodo, racismo y misoginia existían, y se denunciaban, antes de la invención de los actuales apelativos en español. Las personas no comenzaron a obsesionarse repentinamente con las celebridades solo después de que surgiera el término stan. Durante toda la historia que llevó hasta 1946, la Escritura y la ética bíblica consistente se oponían a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en todos los contextos.
El pecado es pecado, sin importar el término que se use. El uso de un nuevo término no cambia los milenios de pensamiento judeocristiano. Sugerir lo contrario equivale a una teoría conspirativa sin fundamento.
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¿Fue un error de traducción agregar la palabra homosexual a la Biblia en 1946?