Pregunta
¿Qué significa la afirmación "Dios está en medio de ella; no será conmovida" del Salmo 46:5?
Respuesta
El libro de los Salmos -una colección de 150 poemas escritos para ser cantados- contiene muchas afirmaciones alentadoras en tiempos difíciles. Sin embargo, algunos versículos de los Salmos con frecuencia se malinterpretan si se sacan de contexto. Esto es especialmente cierto en el caso del Salmo 46:5.
La afirmación "Dios está en medio de ella; no será conmovida" se emplea a menudo para animar y alentar a las mujeres que se enfrentan a situaciones difíciles. Cuando este versículo aparece en las redes sociales, muchas veces se toma como un mensaje directo a las mujeres en la adversidad: "No caerás, a pesar de las dificultades que sufras, porque Dios está en ti, dándote poder". Sin embargo, es esencial desentrañar el verdadero significado del Salmo 46:5.
Por lo general, se supone que el Salmo 46:5 se refiere a las mujeres en general, ofreciéndoles un mensaje reconfortante de resiliencia en tiempos difíciles. Sin embargo, debemos revisar los versículos de alrededor. En el versículo 4, el salmista dice: "Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios". Se refiere a la ciudad de Dios. Así pues, aunque es apropiado inspirarse y animarse en el versículo 5, no debemos interpretar ese versículo como una referencia directa a las mujeres. Más bien, debemos verlo como la alabanza colectiva de Israel por la liberación de Dios, tal como se describe en el Salmo 46:1-3 (cf. Salmo 48:1-3).
La esencia del Salmo 46:5 es que el Dios omnipresente garantiza la estabilidad inquebrantable de Jerusalén. Dios está siempre a su lado, asegurando que permanezca segura, incluso en tiempos turbulentos. Gracias a la protección de Dios, el pueblo de Dios no tiene nada ni nadie que temer: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?". (Salmo 27:1, NBLA).
Existen importantes paralelismos entre el Salmo 46 y el libro de los Reyes. Cuando los asirios sitiaron la ciudad de Dios, el comandante del ejército pagano desencadenó una serie de burlas y amenazas contra el pueblo de Dios. Con ello pretendía demostrar que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob era tan impotente como los demás dioses de las tierras conquistadas por los asirios (2 Re 18,28-35).
Durante el asedio, el rey Ezequías buscó al Señor. Tras recibir una carta amenazadora del rey asirio Senaquerib, Ezequías llevó la carta a la casa del Señor y oró fervientemente por su liberación (2 Reyes 19:14-19). Al amanecer, el ejército asirio descubrió que había perdido 185.000 soldados. Durante la noche, un ángel del Señor había descendido sobre los asirios, poniendo fin de forma rápida y decisiva a su terror (2 Reyes 19:35). Jerusalén se salvó.
Dios había predicho la derrota de los asirios por medio del profeta Isaías: "Por tanto, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: ‘Él no entrará en esta ciudad, ni lanzará allí flecha alguna. . . . Porque defenderé esta ciudad para salvarla" (2 Reyes 19:32, 34, NBLA). En otras palabras, Dios está en medio de ella; no será conmovida.
La invasión asiria de Israel proporciona el telón de fondo histórico del Salmo 46:5. En medio de circunstancias peligrosas, las palabras del salmista adquieren un nuevo significado. La fe reivindicada de Ezequías y los habitantes de Jerusalén es un testimonio del poder omnipotente de Dios. Dios es una fortaleza impenetrable, un escudo divino contra las fuerzas del mal:
"Yo te amo, Señor, fortaleza mía. El Señor es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el poder de mi salvación, mi altura inexpugnable. Invoco al Señor, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos"
(Salmo 18:1-3, NBLA)
El Salmo 46:5 es un poderoso recordatorio de que el poder y la protección de Dios no se limitan a un género o a un individuo específico. Él está con Sus hijos. El Salmo 46:5 se refiere a la ciudad de Jerusalén, y hoy podemos confiar en que Dios tiene el mismo amor protector por la Iglesia de Dios, redimida por la sangre de Jesús. Cuando nos asedien diversas pruebas y tribulaciones, podemos mantener la esperanza, sabiendo que Dios nunca nos dejará ni nos abandonará (Romanos 8:31; Hebreos 13:5).
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¿Qué significa la afirmación "Dios está en medio de ella; no será conmovida" del Salmo 46:5?