Pregunta
¿Están malditos los judíos porque mataron a Cristo y pidieron "que su sangre caiga sobre nosotros", según Mateo 27:25?
Respuesta
Algunas personas creen que los judíos están malditos porque mataron al Hijo de Dios. Esta creencia se utiliza a veces para justificar el antisemitismo y los sentimientos de prejuicio contra el pueblo judío. No es una idea bíblica. El rechazo de los judíos a su Mesías tuvo sus consecuencias, pero la Biblia no habla de una maldición continua sobre el pueblo elegido de Dios.
En Mateo 27:22, durante el llamado juicio de Jesús, Pilato pregunta a la multitud: "¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?" La multitud responde: "¡Sea crucificado!". Pilato proclama públicamente la inocencia de Jesús, pero "ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!" (versículo 23). A continuación, Pilato se lava las manos, declarándose "inocente" (versículo 24) y diciendo a la multitud sobre la muerte de Jesús: "allá vosotros". Es una responsabilidad que la muchedumbre acepta, gritando las escalofriantes palabras: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos". (versículo 25).
Es importante recordar quién pronunciaba estas palabras. Mateo 27:20 dice: "los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud". Sí, la turba del juicio de Jesús estaba formada por judíos reunidos en Jerusalén con motivo de la Pascua, pero fueron incitados por los líderes religiosos que habían rechazado a Jesús años antes (Mateo 12:14). Los cabecillas de la turba son los principales responsables, al igual que Pilato, que presidió semejante parodia de justicia. Además, la autoinculpación de la turba fue pronunciada por algunos judíos, no por todos. Jesús era judío, al igual que todos Sus discípulos, y desde luego no se autoinculpaban.
La nación judía sí sufrió por haber rechazado a su Mesías. De camino a la cruz, Jesús alude a un juicio venidero (Lucas 23:31). Una generación después de la crucifixión de Cristo, Jerusalén fue totalmente destruida por los romanos. Los judíos fueron dispersados y, durante casi 1.900 años (hasta 1948), no tuvieron patria. También hubo ramificaciones espirituales, ya que el evangelio fue llevado a los gentiles más receptivos (ver Hechos 18:6). El apóstol Pablo compara la inclusión de los gentiles en la salvación con ramas silvestres injertadas en un olivo cultivado. Los judíos (las ramas naturales) no están completamente abandonados: "si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar" (Romanos 11:23).
Al rechazar a Cristo, los judíos "tropezaron en la piedra de tropiezo" (Romanos 9:32; cf. Isaías 8:14). Sin embargo, no están malditos por Dios. Pablo formula la pregunta retórica "¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció" (Romanos 11:1-2). De hecho, se acerca un tiempo en que "todo Israel será salvo" (Romanos 11:26).
¿Cómo pueden los judíos estar "malditos" cuando Dios había hecho un pacto incondicional con Abraham? "haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Génesis 12:2-3). Dios también prometió a los judíos una gran extensión de tierra en Génesis 15. Israel nunca ha tenido plena posesión de la tierra que Dios prometió, por lo que la profecía aún espera su cumplimiento durante el Reino Milenario.
La gente recoge lo que siembra (Gálatas 6:7), y la desobediencia trae dolor. Cuando el pueblo de Israel cayó en una idolatría flagrante e impenitente, perdió su tierra durante los 70 años del exilio babilónico (Jeremías 29:10). Cuando rechazaron a su Mesías, perdieron su tierra durante aún más tiempo. Jesús "a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11). Pero la promesa de Dios sigue en pie: "El Señor ha proclamado hasta los confines de la tierra: Digan a la hija de Sión: Tu salvación viene;. . . . Y los llamarán: Pueblo Santo. Redimidos del Señor. Y a ti te llamarán: Ciudad Deseada. Ciudad no abandonada" (Isaías 62:11-12, NBLA).
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¿Están malditos los judíos porque mataron a Cristo y pidieron "que su sangre caiga sobre nosotros", según Mateo 27:25?