Pregunta
¿Acaso Dios creó a Jesús?
Respuesta
“El Hijo es sólo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado” (El Credo de Atanasio, versículo 22). De acuerdo a la Biblia, y a los antiguos credos del cristianismo, el Hijo de Dios es eterno. Nunca hubo un momento en el que Él no existiera. Dios no creó a Jesús.
Juan 1:1-3 dice, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Este pasaje hace referencia a la fraseología de Génesis 1:1, pero revela más acerca del Dios que creó todo. El Verbo en este versículo se refiere al Hijo de Dios antes de encarnarse y venir a la tierra. Colosenses 2:9 dice, “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Por lo tanto, el Hijo, más adelante llamado Jesús, ya existía en la forma de Dios, un miembro de la Trinidad. No fue creado porque Dios no fue creado.
Filipenses 2:6-8 describe lo que sucedió cuando Jesús vino a la tierra:
“el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz.”
Cuando el Hijo vino a la tierra, tomó forma de hombre. Su cuerpo fue “preparado” para Él, para que el sacrificio perfecto pudiera ser ofrecido por el pecado (Hebreos 10:5). El Espíritu Santo cubrió con Su sombra a una virgen, y ella concibió (Lucas 1:26-38). Luego Jesús nació en el mundo. Como parte de humillarse a sí mismo, Jesús dejó a un lado Sus derechos y privilegios como Dios y asumió las limitaciones y debilidades de un bebé. El Cristo preexistente no fue creado en la Encarnación, y Su naturaleza divina permaneció intacta; el cambio, en ese punto particular de la historia humana, fue que el eterno Hijo de Dios tomó forma humana. Ya existía como Dios, pero se humilló para convertirse en un hombre. A partir de ese momento, el Hijo no creado es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre.
Jesús tuvo que ser completamente humano para poder soportar la pena por nuestros pecados (2 Corintios 5:21). Vivió la vida que vivimos, pero sin pecado (Hebreos 4:15). Vivió en completa armonía con Su Padre celestial (Juan 8:29) y en completa dependencia del Espíritu Santo (Lucas 4:14; Juan 14:10). Ningún ser creado podría haber soportado el peso de los pecados del mundo. Todos los animales sacrificados antes de Cristo eran simples símbolos del Cordero de Dios que vendría para quitar el pecado del mundo (Juan 1:29). Sólo Dios mismo podría cumplir con los requisitos para ser un sustituto digno, y Jesús es Dios. Aquellos que tienen fe en Él tienen garantizada la vida eterna (Juan 3:16-18; 6:37; 10:28).
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