Pregunta
¿Qué es el misterio de la piedad?
Respuesta
La frase el misterio de la piedad, que se encuentra en 1 Timoteo 3:16, forma parte de la introducción de un antiguo himno. En la versión Reina-Valera 1960, el versículo dice así: "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria". Otra traducción habla del "misterio de nuestra fe" (NVI). Las palabras que siguen en 1 Timoteo 3:16 explican el misterio de la piedad: Dios se convirtió en carne y vivió entre nosotros (cf. Juan 1:1, 14).
La palabra griega musterion ("misterio"), cuando se utiliza en el Nuevo Testamento, se refiere a las cosas de Dios que antes estaban ocultas, pero que luego fueron reveladas a través de Cristo y la venida del Espíritu Santo (Hechos 2:4). Un misterio es aquello que solo se puede conocer mediante la revelación de Dios (Romanos 16:25-26; Colosenses 1:26-27). Es algo que en tiempos pasados había estado oculto, pero que ahora se revela al pueblo de Dios. Jesús habló del "misterio del reino de Dios" (Marcos 4:11) que en ese momento estaba revelando a Sus discípulos. El apóstol Pablo usó la palabra misterio 21 veces en sus epístolas: el misterio de Dios (Colosenses 2:2), el misterio de la fe (1 Timoteo 3:9), el misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses 2:7), etc. En cada caso, el "misterio" implicaba una declaración de la verdad espiritual, revelada por Dios a través de la inspiración divina. La versión Dios Habla Hoy de 1 Timoteo 3:16 habla del misterio de la piedad como una "verdad revelada" sobre nuestra fe.
La palabra griega traducida como "piedad" en la mayoría de las traducciones al español significa "una respuesta apropiada a las cosas de Dios, que produce obediencia y vida justa". Mientras caminaba por esta tierra, Jesús era la personificación de la piedad pura, lo que lo llevó a entregar Su vida por pecadores indignos (Juan 10:18). Su vida estuvo dedicada a la gloria del Padre, y siempre hizo lo que le agradó (Juan 8:29). Los cristianos perseguimos la piedad cuando seguimos el ejemplo de Jesús al dedicar cada decisión a la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). La piedad no es una sugerencia; es un mandamiento (1 Pedro 1:15-16; Hebreos 12:14).
El misterio de la piedad es el corazón de la fe cristiana. El himno que Pablo registra en 1 Timoteo 3:16 contiene un resumen del ministerio de Jesús. La piedad del Hijo de Dios debe reflejarse ahora en nosotros. El cristianismo no es un sistema de reglas y acciones que hay que realizar para apaciguar a una deidad. En el corazón del cristianismo está el misterio de la piedad: el hecho de que Dios se hiciera hombre para vivir entre las personas que había creado (Filipenses 2:5-11). Como Hijo, Jesús permaneció completamente obediente a Su Padre en el cielo y luego se ofreció a sí mismo como un sacrificio perfecto en nuestro lugar (Juan 10:18; Hebreos 4:15; 2 Corintios 5:21). Dios lo resucitó de entre los muertos, venciendo así a la muerte para todos los que confían en Él (Mateo 28:6; 1 Corintios 15:3-7, 13-14, 55). Gracias a que Jesús ocupó nuestro lugar, los seres humanos pecadores pueden ser declarados justos ante Dios y nacer de nuevo (Juan 3:3). El nuevo nacimiento es espiritual y resulta en un cambio de corazón que produce verdadera piedad (2 Corintios 5:17; 1 Juan 3:8-10). Cómo una vida es transformada es el misterio de la piedad y solo se comprende a través de la revelación de Dios en Cristo. "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad" (1 Timoteo 3:16).
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¿Qué es el misterio de la piedad?