Pregunta
¿Qué es la pared intermedia de separación (Efesios 2:14)?
Respuesta
Los tres capítulos iniciales de Efesios aclaran las acciones de Dios en nuestro favor, y dentro de este contexto, Efesios 2:14 afirma: "Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación". La pared intermedia de separación significa la enemistad que existía entre judíos y gentiles antes de la inclusión de estos últimos en la familia de Dios a través del sacrificio de Cristo.
La pared simbólica de separación se remonta hasta el Antiguo Testamento. Después que Dios rescató a Israel de Egipto, les dio leyes morales, civiles y ceremoniales que distinguían a los israelitas. Israel era el "reino de sacerdotes, y gente santa" de Dios (Éxodo 19:6). La distinción entre judíos y gentiles tenía principalmente una dimensión espiritual, como lo demuestra el hecho de que los gentiles que se volvían a Dios eran bienvenidos a la familia. Ejemplos notables incluyen a Rahab, Rut, Urías el hitita, Naamán y Jetro. Además, la Torá incluía leyes para el trato justo de los extranjeros, como Levítico 19:34, que dice: "El extranjero que resida con ustedes les será como uno nacido entre ustedes, y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Yo soy el Señor su Dios" (NBLA).
Sin embargo, debido a las diferencias culturales entre judíos y gentiles, la tensión se extendió más allá de los temas de culto religioso. Los judíos consideraban que las demás naciones eran ritualmente impuras y, en consecuencia, adoptaron una actitud de superioridad. De hecho, una pared literal de separación en el patio del templo de Jerusalén impedía a los gentiles acceder a algunas áreas, y Pablo se enfrentó a la hostilidad después de ser acusado injustamente de llevar a un gentil más allá de esta barrera (Hechos 21:27-29).
Afortunadamente, Cristo ha derribado simbólicamente la pared de separación entre gentiles y judíos. Logró esto "aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz" (Efesios 2:15). Cristo forjó una nueva creación a partir de judíos y gentiles, como se profetizó en el Antiguo Testamento (Isaías 42:6; 49:6; Miqueas 4:2).
La unidad entre judíos y gentiles era un concepto difícil de entender para los judíos de la época de Pablo, y surgieron conflictos, empezando por la predicación de Pedro a Cornelio, un centurión romano. En Hechos 11:1-18, Lucas relata el enfrentamiento entre Pedro y los judíos descontentos por su visita a Cornelio. Aunque esa conversación particular concluyó positivamente (versículo 18), persistió una tensión continua, que culminó en un concilio eclesiástico sobre si los gentiles tenían que circuncidarse para ser salvos (Hechos 15). La severa carta de Pablo a los gálatas resalta este problema. Sin embargo, la verdad fundamental seguía siendo que Cristo había unido a judíos y gentiles, derribando la pared divisoria. Lo mismo se aplica a otras categorías, ya que Gálatas 3:28 afirma que todos en Cristo tienen la misma posición espiritual: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús".
Es posible que hoy en día no encontremos la misma división entre judíos y gentiles, pero existen grupos de personas a que podemos considerar impuros. Si bien debemos llevar vidas santas separadas del pecado, debemos resistirnos a construir paredes de separación que Cristo ya ha derribado. Cualquiera que esté en Cristo es nuestro hermano o hermana, independientemente de su tribu, país, color de piel, idioma, etc.
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¿Qué es la pared intermedia de separación (Efesios 2:14)?