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Pregunta

¿Hasta qué punto debemos esforzarnos por parecernos a Jesús?

Respuesta


Hace varios años, había una tendencia popular entre los cristianos que les animaba a preguntarse: "¿Qué haría Jesús?". Los productos con el logotipo WWJD (pos sus siglas en inglés ) estaban en todas partes. Lo que mucha gente no sabía es que la pregunta procedía de la novela In His Steps (Tras Sus Pasos), de Charles M. Sheldon, de 1896. El argumento del libro sigue a un grupo de personas que se comprometen a vivir durante un año sin tomar ninguna decisión sin antes preguntarse: "¿Qué haría Jesús?". Ser un seguidor -un discípulo- de Cristo es la esencia de la vida cristiana; queremos ser como Él. Nunca podremos participar de la deidad de Jesús, pero sí de su santidad. Un día seremos perfeccionados en santidad, pero, hasta entonces, debemos hacer todo lo posible por seguir Su ejemplo de obediencia. Los siguientes pasajes ayudan a aclarar este punto:

Romanos 8:28-30 (NBLA): "Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que justificó, a esos también glorificó". Independientemente de la opinión de cada uno sobre la elección o la predestinación, uno de los puntos clave de este pasaje es que Dios desea que su pueblo sea "conformado a la imagen de su Hijo". La meta de Dios para el creyente es ser como Jesús.

Primera de Juan 3:2 (NBLA): "Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Cristo se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos como Él es". De nuevo, la meta es que el creyente sea como Cristo, y esto sucederá en perfección cuando Él regrese-cuando lo veamos. En el versículo siguiente, Juan continúa: "Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro" (versículo 3, NBLA). En otras palabras, si la perfección en la santidad es la meta anticipada, entonces debemos trabajar para alcanzarla ahora. Debemos esforzarnos por ser como Jesús, y lo hacemos obedeciendo las cosas que Dios nos ha dicho que hagamos. ¿Qué haría Jesús? Cualquier cosa que Dios ordene.

Hay muchas cosas que Jesús hizo que eran culturalmente específicas y no tienen que ser imitadas. No tenemos que usar sandalias, por ejemplo, ser carpinteros, o llevar a cabo ministerios itinerantes. Sin embargo, otras cosas son claramente importantes para que las imitemos. Los Evangelios nos dicen que Jesús oraba con frecuencia, a veces durante toda la noche (Lucas 6:12). Haríamos bien en orar más. Cuando se encontró con la tentación en el desierto, Jesús respondió al diablo con las Escrituras (Mateo 4:1-11), lo que demuestra que conocía bien las Escrituras. Nosotros también deberíamos conocerlas bien. Hay muchos otros rasgos de la conducta de Jesús que haríamos bien en imitar.

Para guiarnos en nuestro esfuerzo por ser como Jesús, hay varios pasajes que especifican acciones de Cristo a seguir. Deberíamos prestarles especial atención:

Juan 13:12-17 (NBLA) dice: "Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó Su manto, y sentándose a la mesa otra vez, les dijo: ¿Saben lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también ustedes lo hagan. En verdad les digo, que un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que lo envió. Si saben esto, serán felices si lo practican".

Mateo 20:25-28 (NBLA) nos da otra manera de ser como Jesús: "Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor, y el que entre ustedes quiera ser el primero, será su siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos".

Y Filipenses 2:3-8 (NBLA) dice: "No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz".

En los tres pasajes anteriores, se nos dice específicamente que sigamos el ejemplo de servicio desinteresado de Jesús. Jesús es el siervo por excelencia: desde lavar los pies de Sus discípulos hasta dar la vida para salvar a Su pueblo. Probablemente, nada distinga más a una persona como semejante a Cristo que el servicio desinteresado.

El título del libro de Sheldon proviene de 1 Pedro 2:21, que nos dice que los creyentes deben seguir "Sus pasos". Aunque este es un buen consejo general, en el contexto, Pedro se refiere a una situación específica. El pasaje más amplio dice: "Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios. Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos, el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia" (1 Pedro 2:20-23, NBLA). Una persona que hace el bien y es castigada injustamente por ello, y que luego acepta el maltrato sin tomar represalias, está siguiendo los pasos de Jesús.

Preguntarse "¿Qué haría Jesús?", no es una mala idea. Sin embargo, hay algunas ramas del cristianismo liberal que consideran que el principal propósito de la vida de Jesús es proporcionar un ejemplo a seguir. Lamentablemente, ésta parece haber sido la teología subyacente al libro de Sheldon, aunque la novela sigue siendo provechosa e invita a la reflexión). Jesús nos dio un ejemplo a seguir, pero en lugar de preguntar "¿Qué haría Jesús?", sería mejor preguntar "¿Qué quiere Jesús que yo haga?", porque Él es más que nuestro ejemplo; Él es nuestro Señor y Dios.

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